Dime que me amas.

3.6K 269 85
                                    

Griegos y romanos peleaban a mí alrededor, caían muertos a mí alrededor y mis pies estaban peligrosamente tentados a caer también rendidos ante la crueldad.

No lo haría, ya que eso significaría terminar de rodillas y suplicante ante él. Y eso jamás. Aunque mi corazón haya sido roto hasta dejarlo irreconocible...

YO ERA UNA HIJA DE ATENEA

Y jamás se inclinaría ante él hijo de Poseidón.


Percy Jackson no me recordaba. No sabía quién era y en sus ojos verde mar no había ningún ligero indicio de reconocimiento. Y este hecho atenazaba mi corazón con tanto dolor que las heridas y los cortes que me había infligido en mi cuerpo, resultaban como una bizarra caricia suya.

Las únicas caricias que me regalaría mi ex novio de ahora en más.

Nuestros besos suaves, nuestros besos apasionados, nuestros besos tiernos y nuestros besos tímidos…

Tragado, olvidado, desaparecido.

Nuestras tontas conversaciones y todas esas misiones habían quedado en el olvido. Fue borrado y ni siquiera quedaron migajas para quedarme con un poco de esperanza.

Hera me lo arrebato todo… Cuando ella me maldijo, jamás pensé que dolería tanto. Jamás pensé en la crueldad de los dioses como algo de temer. Mi orgullo me había cegado.

¡Pero vaya hija de Atenea más tonta!
No tomar en serio las maldiciones de los Dioses.


Pues está semidiosa te maldice también Hera y algún peso tendrá mi maldición.

Tal vez hoy no, pero algún día será.
Te acordarás del nombre de esta semidiosa por toda la eternidad.
Por robarme el amor de mi vida.

Llegar a nueva Roma, había resultado mal… Bueno, decir mal, era ser ridícula y despreocupada. Ja. Nuestra situación era asquerosamente mala. Había salido catastrófico en proporciones olímpicas.

Griegos y romanos. Semidioses hermanos peleaban hasta que sus prendas se habían teñido de rojo. Peleaban hasta los hermanos de mismo padre o madre divino porque pensaban que eran distintos, solo por un estúpido cambio de roles y nombres.

Estaba peleando con el amor de mi vida. Con el amor de aquella vida pasada. Porque ahora era un pasado. Porque me lo arrebataron con tanta facilidad luego de tanta lucha por estar a su lado.

Yo pedí pelear contra él. Nadie más que yo podría hacerle frente a este huracán enfurecido. Nadie más que yo conocería todos sus movimientos ya predeterminados, ni nadie más que yo sabría lo que estaba pensando dos segundos antes de que lo hiciera.

Percy peleaba sin siquiera medir un solo golpe. Había entrenado, había mejorado, había cambiado su mirada incluso. Era más fuerte, más rápido. Y absolutamente más guapo. Mucho más guapo y atractivo, con un rostro tan perfectamente cincelado como si hubiera sido hecho por los más grandes e inverosimiles escultores de la antigua Grecia.

Por suerte para mí, también me había preparado para este día. Para poder hacerle frente a uno de los semidioses más fuertes del siglo. De otro modo, yo habría acabado muerta en sus brazos con el primer mandoble.

Dime que me amas. 🌊Percabeth 💙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora