El

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Y ahí estaba, otro día normal en la escuela, sentado en él mismo banco de siempre (si se le puede decir así a cuatro tubos podridos con un pedazo de madera con moho encima), lleno de dibujos de penes, había uno que tenía algo escrito encima:
"El Miguel Ángel de los penes"
- Ese chico será profesor- pensé

<Al menos sabe algo de historia>

Levanto la vista y me concentro en la profesora, Miss Decivo, nos enseñaba literatura antigua. Estaba recitando un verso de la Divina Comedia
"Los lugares mas oscuros del infierno están reservados para los que mantienen la paz en épocas de crisis moral"
Decivo levanto la mirada, con esperanza que alguien opine -nada-
....mantienen la neutralidad"-la corregí en mi mente

Iba a hacerlo en voz alta, pero que un alumno de primer año corrija a una profesora con 20 años de experiencia, no sería normal, y eso debo ser, "normal"

La primera vez que leí la Divina Comedia tenía 7 años, mi padre me miraba perplejo mientras con mis pequeñas manos sostenía un libro que era casi de mi tamaño. El sabía que yo era diferente, cada semana me traía un libro nuevo y se quedaba mirándome asombrado por horas cuando yo devoraba página tras página.
Me cuesta saber si estaba orgulloso o con celos...

- LAUDA!!- Grita Decivo indignada

Su grito me devuelve bruscamente a la realidad y casi me tira de la silla.

- Esta con nosotros señor Lauda?
- Sisi, estaba eeh.. pensando

Todavía seguía algo sobresaltado.

- Usted pensando? JA!

Te gustaría pensar una décima parte de como yo lo hago - tenia ganas de gritarle - pero me limite a acentir

- Ahora digame Lauda, sabe donde nació Dante Angheleri?

<claro que si, sería un insulto no saberlo>

- Eeeh..no, no lo sé

Me dolió con el alma pronunciar esas palabras

- Me lo imaginaba.. espero que la próxima preste atención Lauda - lo dijo con un tono asqueroso de superioridad
- No pierda las esperanzas profesora, usted espere - digo con ironía

Decivo se río, como si hubiera perdido la fé en mi hace mucho; luego se sentó en su vieja silla y continuó leyendo, con una mano sostenía el libro, mientras con la otra se acariciaba el su cabello castaño, aunque eran mas canas que castaño, como si hubiera dejado de teñirse.

Se notaba que ya había aceptado el hecho de ser la profesora mas vieja de la escuela

<cada palabra que pronunciaba daba la impresión que podía ser la ultima>

Mis compañeros iniciaron apuestas sobre cuando podría morir - lo mejor de esta escuela -
Yo aposté que sería antes del receso de navidad

<todavía puedo ganar>

Derepente siento que algo me golpea en la nuca - una bola de papel -

Miro hacia atrás y veo a Juan haciendome señas - Juan era el típico chico rubio de ojos azules, carismático, y con una acento alemán que hasta a mi me parecía sexy, era era imposible no quererlo, su falta de inteligencia lo compensaba con tener una mente maestra para las bromas, sobre todo si eran dirigidas a mi

- Que quieres imbécil? - le susurró tratando de no llamar la atención de Decivo, o terminaría mal para ambos -

-Tengo una duda... sabes que para aprobar debes contestar bien no?

- No recuerdo, creó que juntarme tanto con vos me volvió mas tonto

- Morite, nos vemos en el receso - volvió a mirar para adelante, no sin antes hacer un gesto que no parecía muy fino

Juan era de las pocas personas con las que en verdad disfruto estar, a pesar de que el no sea el más listo, y seamos muy diferentes, me siento cómodo a su lado, me gustaría decir que lo suficiente para abrirme realmente con el, pero no es así.
Aunque me alegra saber que por lo menos tengo alguien con quien pasar el tiempo, con quien hablar, a quien querer.






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⏰ Última actualización: Mar 01, 2017 ⏰

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