Nunca fui fanática de los clichés, pero nadie podría haberse resistido a Donald Colligan, o quizás sí. Desde el primer momento supe que él no era el típico chico que vive al final de una calle con un vida normal. Sabía que su presencia traería problemas.
Yo no era fanática de los problemas, pero me metí en líos con él; por él. Entonces cuando la gente comenzó a llamarme «extraña», solo por estar con alguien que me hacía sentir bien, no me importó. Él era tan inquietante, era tan misterioso que lo dejé todo por él. Y cuando comencé a adentrarme más en su mundo comprendí por qué lo llamaban el Extraño Donald. Y no era algo bueno.
ESTÁS LEYENDO
El Extraño Donald
Teen FictionLas reglas son simples: 1. No hablar demasiado. 2. Nada de contacto. 3. No indagar sobre su vida. Yo cumpliría todos los requisitos con tal de estar al lado de Donald Colligan, incluso si eso me lleva a la muerte.