Las fotos que tomaba de Amber ya no eran suficiente para JongDae, necesitaba más.
¿Que harías tu si mientras caminas sientes que alguien te sigue?
Gracias patrona por la portada ❤
Kim JongDae, un chico de dulce rostro y amable sonrisa que parecia no dañar a nadie, era realmente un acosador. Su victima, una joven, de cabello momentáneamente castaño claro, y corto. Estatura media, de sonrisa divertida y risa facil. Amber Liu. Una chica que habia sido victima por lo ultimos tres años sin siquiera notarlo.
JongDae no recordaba como es que había llegado a tal punto. Como es que habia llegado a entrar a su casa y verla dormir durante noches completas, sabiendo que ella no despertaría debido a las pastillas para dormir que tomaba. Volvia a su casa al amanecer, entraba a su cuarto y al sentarse en su cama, admiraba el tablero en la pared, lleno de fotos de Amber que él mismo le tomaba. Cuando la seguía, cuando la veía dormir y cuando le miraba por la ventana mientras estaba cambiándose de ropa.
Hacía unos dias que Amber se comportaba de forma extraña. Ya no sonreía, su piel se había vuelto palida y tenía ojeras. Parecía estar siempre nerviosa. Tal vez se debía a que había notado su presencia en la ventana aquella noche. (Para su suerte no habia visto su rostro)
Había dejado de ir a su casa por la noches. Se limitaba a seguirla por el día. La situación en uno de esos dias le hizo borrar su sonrisa, verla tomada del brazo con un joven mucho mas alto que el, era algo que despertaba en el cierto odio por ambos. Ella le sonreía. ¿porqué le sonreia a el?
Debía saber quien demonios era ese tipo. Caminaba de un lado a otro en su cuarto, pensante y serio. Había llegado el momento de proclamar a Amber suya. El plan parecía tan simple en su cabeza, que no dudó ni un segundo en hacerlo.
Era de noche y JongDae se encontraba frente a la casa de Amber. Esperó a que esta fuera a bañarse para entrar sigilosamente por la ventana y esconderse en su armario. Despues de unos momentos sintió la puerta abrirse y unos pasos resonar en el piso de madera. Llevaba un cuchillo con él, escondido en su boca con sumo cuidado de no lastimarse. La voz de un hombre le desconcertó. Se mordió el labio. Nada podia salir mal. Saco despacio el cuchillo, mientras observaba por la rendija de la puerta del armario la posición en la que se encontraba el hombre. Era el mismo chico de antes. Esperó a que este le diera la espalda para abrir la puerta y atraerlo a el por el cuello y volver a cerrar el armario. Le tapó la boca con ropa de Amber y sonrió. Una puñalada a la garganta, otra al estómago y por ultimo a la cabeza. Aquel joven ya no se movia. Se apartó de él saliendo de aquel lugar. Un pequeño charco de sangre iba formándose a la par del guardarropas. Soltó un leve suspiro y escuchó el paso del agua cerrarse. Dejo la puerta del cuarto abierta escondiendose detras de ella para sorprender a Amber por detras. La castaña cantaba alegremente, mientras entraba al cuarto. Pero su sonrisa y alegria desaparecieron al ver el charco de sangre. -¿Kris? Kris no me hagas estas bromas- dijo con voz temblorosa. -Él no te esta haciendo ninguna broma preciosa- susurró a su oido mientras pasaba una de sus manos por la cintura contraria y apoyaba el cuchillo sobre su cuello. -Él realmente esta muerto.
En la habitación solo reinaban los sollozos y lamentos de Amber, los roncos gemidos y risas de JongDae y el sonido de la cama al moverse. Estaba disfrutando tanto de ede momento, podia ser uno con quien amaba. De a poco iba haciendo cortes en el cuerpo de Amber repitiéndole que ella le pertenecía completamente. -¡Jamás sere tuya! -Entonces... si no eres mía, no serás de nadie. Lo último que recordaba era el cuello de Amber abierto y la sangre que manchaba la sabanas. Sintió las sirenas de la policía parar frente al lugar. Todo parecía tan lejano. Recordaba ver entrar a la policía armada. Sintio un gran dolor en un costado. Y lo último que vio su su semen en el vientre de Amber. Sonrió de lado y cayó sl suelo.
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