-Dinosaurio Chen-

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Todavía no entendía qué demonios seguía haciendo allí. Cuando decidió a inscribirse en el club "Huellas de Dinosaurios", él pensó que conocería mucho sobre ellos y su paso por el planeta Tierra. Bueno, sí, conoció muchas cosas interesantes de las que no tenía idea, pero ese no era el problema, el problema era el dinosaurio Chen o T-Chen, como al idiota le gustaba que lo llamaran.

Kim Jong Dae, ese era el nombre del dinosaurio idiota, era uno de los que estaban a cargo del club. No iba a decir que el tipo no sabía de lo que hablaba porque eso sería una gran mentira. Sin duda tenía muchos conocimientos sobre dinosaurios y se notaba a kilómetros que el tema le fascinaba, transmitiendo a los que lo escucharan la pasión que sentía por esos seres extintos.

Cuando lo escuchó por primera vez, Kim Min Seok pensó que no había nada mejor en el mundo que escuchar a alguien que amara tanto lo que hacía y que de paso fuera lindo. Pero eso duró poco porque cuando el chico empezó a decir que él sabía mucho porque era un dinosaurio y empezó a hacer bromas al respecto, el ídolo que creyó conocer se le vino abajo en segundos.

Pero no crean que eso fue lo peor porque no lo fue. Lo peor fue cuando, en frente de toda las personas, le dijo que se parecía a un cobayo. ¡Le dijo cobayo! ¿Pueden creerlo? ¡Cobayo! En ese momento no supo si morir de vergüenza o matarlo.

Y lo que más le molestaba de todo era que seguía asistiendo al club a pesar de todas las cosas negativas que podía enumerar. No, su asistencia no tenía nada que ver con que el chico estuviera para el crimen, como diría su abuela, no. Min Seok solo seguía asistiendo porque, a pesar de todo, allí aprendía muchas cosas que le servirían para su futuro trabajo como Paleontólogo. Si, era por eso, solo por eso, sip.

Ese día no era la excepción. Estaba ya en su lugar predilecto al lado de la ventana, sentado, esperando a que las clases de dinosaurios comenzaran. Y casi escupe el café que estaba tomando cuando el dinosaurio Chen apareció, pero esta vez de forma literal: el tipo realmente se había puesto un disfraz de dinosaurio. O sea, ¿qué carajos? Esa imagen quedaría genial si fuera un club donde asistían niños, pero no era así. Era un club de gente adulta y responsable, no un jardín de infantes.

Min Seok observó a su alrededor y grande fue su sorpresa al ver que todos admiraban a Kim Jong Dae y su estúpido traje verde. ¿Era en serio? Honestamente no sabía cómo sentirse al respecto, quizás dudar de la mentalidad de esa gente era una opción.

Soltando un gran suspiro de frustración, se terminó su café y se dispuso a prestar atención a la clase. Grande fue su sorpresa al ver que Jong Dae lo miraba de una forma que no supo descifrar pero que si lo hizo sentir incómodo y avergonzado. ¿Acaso detecto su desagrado hacia él? ¿Había sido su frustración muy obvia? ¿Debería huir?

Perdido en sus pensamientos, no se dio cuenta que la clase ya había terminado y que no había tomado nota de nada. Maldiciéndose a sí mismo, se levantó de su lugar, juntando sus cosas, dispuesto a abandonar el aula ya vacía. Divinos compañeros los suyos que lo dejaron ahí solo.

- ¡Oh! ¡Ya reaccionaste!

Girándose de golpe, Min Seok vio a Kim Jong Dae acercarse a él, vestido de forma normal y con una gran sonrisa pegada al rostro. No supo por qué, pero estaba seguro de que su corazón se había saltado un latido.

- Yo...

- Lo sé, lo sé, mi disfraz te dejo pensando que quizás si soy un dinosaurio. No te culpo, yo también a veces dudo si soy humano.

No entendía por qué se estaba riendo de esas palabras en vez de estar enojado o de huir de ese demente que llamaba profesor. La risa simplemente había salido y se sentía como un imbécil por soltar una tan estúpida.

- ¿Qué te pareció la clase de hoy?

- Bueno... fue... interesante...

- ¡Genial! Y ¿qué fue lo que más te llamó la atención?'

- Ahmm...

- Vamos, no seas tímido, sé que no estabas prestando atención.

- Claro que... ¡¿Qué!?- Oh Dios, ¿había sido tan obvio?

- Sip, fuiste muy obvio.

- ¡¿Ahora lees a mente?!

- Algo así. Entonces ¿en dónde estaba tu cabecita?

- Es que te vi con ese traje y... ¡No tengo por qué darte explicaciones!- se sonrojó violentamente.

La risa de Kim Jong Dae no debería gustarle, realmente no debería, pero estaba haciendo estragos en su interior.

- Tienes razón, no debes dármelas- le sonrió- Pero me gustaría algún día poder tener el derecho de pedirlas.

Y Min Seok tembló de pies a cabeza, pensando que así es como debían sentirse las hojas cuando están a punto de caer de los árboles en otoño.

- ¿Aceptas comer conmigo hoy? De paso puedo contarte de lo que hablé hoy en clase con los demás ¿Aceptas? - preguntó, extendiéndole la mano.

Balbuceando un sí, sujetó con fuerza su mochila y con su otra mano tomó la ofrecida por Jong Dae, sintiendo miles de mariposas en su estómago.

No, no mariposas, se corrigió, Compsognathus, varios de ellos correteando en su interior.

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