Este virus que se iba esparciendo no era el fin del mundo, era el inicio de un infierno. Era una enfermedad que se transmitía con la mordida, el contacto de sangre entre un infectado y una persona sana. Los animales se salvaban, los humanos se infectaban y las bacterias eran el problema, ellas eran el caos, el infierno, como quieran llamarle. Ellas eran el VIRUS. Nadie sabe cómo fue que empezó, ni si fue obra de la naturaleza o una creación humana, nadie sabía si era algo que se podía combatir o si era incurable, lo único que sabíamos era que teníamos que ser valientes, fuertes, teníamos que sobrevivir.
23 de marzo 2018
- Ambar podes apurarte? Vas a llegar tarde y si vos llegas tarde...
- yo también llego tarde – dijo imitándome en un tono burlón – Puedo prender la tele?
- Solo si vas a desayunar – Ella siguiendo mi indicación prendió la tv, desafortunadamente para ella, cuando prendió el artefacto estaba un canal de noticias y sabe que cuando veo noticias, no hay forma de cambiar de canal – Subí el volumen - le dije con un pan en la boca
"Una fuerte brotación de una bacteria desconocida esta llegando al centro de Buenos Aires, se recomienda tener precaución" . Así era la noticia que se leía en la primer plana del noticiero
- Zombiessss – Dijo Ambar imitando a uno de ellos
- Claro que no pequeño monstruo, es solo un virus y se recomienda cuidado, nada mas – Le respondí
- Como digas – dijo rodando los ojos - Lydiaaaa
- Que quieres? – le respondí ya sabiendo que me iba a pedir que le compre algo
- Podemos pasar por un kiosco a Comprar algo antes de ir al colegio? Por favor por favor por favor
- De nuevo? Ya te compre ayer
- Pero también podes hoy – me dijo con una carita que siempre me compra.
Ambar es mi única hermana, como tenemos 10 años de diferencia, es mi pequeñita. A pesar de lo consentida que es, la pequeña rubia sabe controlar a la gente.
- Okey – le dije, accediendo a su pedidos, otra vez
Luego de comprar los dulces subimos a mi preciado Audi A4 y como siempre en el transcurso del viaje hasta el instituto de Ambar, el transito nos agobiaba.
Mientras intentaba conectar mi celular con el bluetooth del auto se empezaron a escuchar helicópteros y en gran cantidad, yendo para el lado del centro, el centro de capital
- Lydia, que está pasando? – pregunto la pequeña de 10 años, que estaba al lado mío.
- Ambar, tranquila, debe haber sido un accidente o un robo a un banco, lo de siempre – Le dije a mi hermana
- Emmm, Lydia, eso no parece algo que pase todos los días – dijo, señalando para arriba.
Al instante en el que me acerque a la ventana para ver qué era lo que señalaba, pasaron más helicópteros, luego de perderlos de vista, se escucho una gran explosión, no se veía; pero las dos habíamos escuchado lo mismo. Luego de la explosión la gente empezó a correr, para el lado contrario de la carretera, se escapaban de algo. En ese preciso momento las dos nos miramos muy asustadas
- Lo se – le dije, al momento en el que aceleraba a más de lo permitido y me subía a la vereda para escaparme del centro y salir de ese caos –Ambar, abróchate el cinturón de seguridad – le dije muy nerviosa tenía miedo, tenia protegerla, tenía que salir de ahí