Drabble

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    Jonghyun estaba enojado otra vez.

Todos los presentes suspiraron ruidosamente, resignados. Desde hace unos días era lo mismo. A una hora similar, esa última semana, Jonghyun había decidido refunfuñar acaloradamente respecto a la luz.

Sí, la luz. A la luz. Dicho en sus propias palabras "al maldito atardecer". Alegaba que éste, era el principal motivo por el cual no podía descansar en las tardes, porque su potencia era tal, que lo enceguecía.

"¿Qué sentido tiene un sol que no da calor?" insistía, buscándole más argumentos –para los demás, inválidos- a la situación.

Lamentablemente para él, nadie parecía estar interesado en odiar la luz de la manera en que él lo hacía. Por lo demás, en un mudo acuerdo, se había decidido no contradecirle. Discrepar en un momento así, podría costar la vida; Taemin casi había sentido la furia de Jonghyun en carne propia.

"A mí me parece agradable", había comentado.

Craso error.

Los oídos hinchados de tanto escuchar sandeces, habían sido el fatídico resultado del enfrentamiento contra Jonghyun. Respaldos absurdos para justificar su visión iban y venían a una velocidad vertiginosa.

Taemin había aprendido la lección, igual que los demás.

Luego de una semana, se encontraba nuevamente Jonghyun, esperando el momento propicio para lamentar su vida. Esta vez estaba sentado en el suelo de la sala junto a Minho, quien había resultado el único capaz de soportar las constantes quejas del más bajo.

Se ubicaban uno al lado del otro mirando la televisión. O haciendo el intento de verla, porque la luminosidad, se oponía a que la pantalla reflejase algo más que su brillo. Minho que estaba más hacia la ventana, observaba tranquilamente el televisor. Trantando de captar las cosas, al menos por el audio.

Jonghyun sólo discutía....consigo mismo.

—Calla, hyung—cortó Minho divertido.

—¿Te estás riendo?—interrogó Jonghyun a la defensiva.

—Claro...—respondió el más alto, con ligereza.

—Ni siquiera puedo ver tu estúpida cara y eso que en algo impides que llegue todo el sol a mi cara— alegó de mal humor.

Minho, que estaba a contraluz, podía ver perfectamente a Jonghyun. Lo miró fruncir el ceño y arrugar los ojos tan sólo para poder captar su expresión facial. Parecía un viejo gruñón. Qué risa con Jonghyun hyung.

—Eh, hyung ¿No me ves? —preguntó con inocencia corriéndose hacia un lado, permitiéndo así, que la luz terminara de encandilar los ojos del mayor.

—Sabes que no, idiota—reclamó enfadado Jonghyun.

Palmoteó el aire en un inútil intento de golpear a Minho, pero éste lo esquivó sin ningún esfuerzo.

Jonghyun, cansado, cerró los ojos suspirando. No tenía caso luchar si no podía verlo.

Minho sonrió. Se acercó un poco, y como temiendo romper algo, habló susurrando.

—hyung...

Avanzó con sus rodillas, hasta quedar a unos centímetros del otro; Jonghyun se rehusaba a abrir los ojos.

—¿Mmh?

—Aunque no veas, hyung, al menos puedes sentir—murmuró aún más bajo.

Jonghyun iba a contradecirlo, iba a argumentar que esa mierda de sol incluso bloqueaba su sentido del tacto y del oído. Iba a decirlo. Iba a declarar que se encontraba casi completamente incapacitado; pero, de pronto, sus sentidos que de hecho funcionaban perfectamente, le permitieron percibir algo muy distinto cerca suyo. Un aire caliente y húmedo tan cerca que, alertado, tuvo que abrir los ojos. No obstante, únicamente alcanzó a abrirlos, porque no alcanzó a distinguir nada con la vista.

Mas distinguió. Y sí que lo hizo.

Distinguió una acolchonada tibieza, estrechar sus labios con caliente humedad. Una cavidad sedienta de la suya.

Distinguió una respiración agitada, unas manos inquietas.

Distinguió un quejido ronco y un roce atrevido.

Distinguió por oído, olfato, tacto y gusto.

Mas no por vista. Porque la luz se la había arrebatado momentáneamente. Esa estúpida y bendita luz.

Pero...¿Quién necesitaba ver si podía sentirlo así? Si podía sentirse así.

¿Quién necesitaba ver, si cuando mordía a Choi Minho podía escuchar su voz así? ¿Si cuando sus cuerpos se rozaban se sentía así?

Jonghyun, aún con los ojos cerrados y con los labios trabajando, sonrió levemente.

Tal vez debería arrepentirse un poco de sus declaraciones.

Si quedar ciego lo llevaría a esto, el atardecer empezaría a ser su hora favorita.










;___ Marzo 2010

{SHINee} Maldito atardecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora