Bystander

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A veces temo mirarte a los ojos, porque sé que en ellos guardas, con cuidado, miles de cosas que no desvelarías a nadie. Como que cada vez que te despiertas de un sueño, ves la realidad más clara, pero también más vacía. Que en el fondo tus ojos son azules, porque se les acumula lluvia. También el que te gusta mirar por las ventanas, como si pudieras ver al viento y, tan solo de vez en cuando, te permites confesar que en el viento existe tu único amante. Después te ahogas en silencio, aconsejándote dejar de dedicarle palabras al aire. En momentos como esos, cuando te alejas un poco para hablar con tus pensamientos, me asusto al pensar que podríamos cruzar las miradas. Por que en tus ojos, ya muy cansados de hastío de respirar, hay cosas que dicen mucho sobre mí. Aquellas que solo tú, con tu presencia observadora invisible, conoces. Cosas encerradas a tal profundidad que ni yo mismo las sé. Entonces pienso: cómo puedes conocer lo que ni siquiera te han dicho. Y me pregunto, ¿cuánto deben de doler unos ojos que ven y guardan todo lo que ocultan las palabras?

Cosas Góticas/RománticasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora