Capitulo 1

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Mis ojos se abrieron levemente al notar un bulto en aquella silla sueca de mi habitación, restregué mis ojos y me di cuenta de que solo era ropa sucia, un pequeño rayo de luz caía a lado mio, el cual provenía de la cortina semiabierta, significaba que debía dejar atrás la cama y prepararme algo para comer. Me levante tropezando y casi cayendo con cada cosa que me rodeaba, baje los escalones y me encontré con Mara, mi gata, uno el cual es peculiarmente negro, sus ojos son de un esmeralda hipnotizante, simplemente me encanta.

Baje con Mara y esta se recostó en la alfombra.Deje caer mi largo cabello largo azabache para que mi Mara jugara con él, luego de eso me dirigí a la cocina a desayunar leche con cereales. Me acerque al calendario que estaba guindando por el refrigerador y me di cuenta que hoy era mi cumpleaños, quede absorta en mis pensamientos cuando de pronto escuche alguien que me llamaba, gire rápidamente y solo me encontré con Mara, la cual me estaba mirando fijamente, creí que había sido mi imaginación, subí hasta mi habitación con ella acurrucada en mis brazos, y encontré una pequeña caja cual tenía escrito un mensaje: con amor Sara, Feliz cumpleaños pequeña. <3

Me di un baño antes de ver el contenido de aquella caja forrada con papel de serpentinas y con un pompo en la parte de arriba, me puse mi vestido suelto de color lila, con arandeles en la parte baja y un listón rojos en la cintura, combinado con un sombrero de paja en mi cabeza, me senté en el sofá y le di una última mirada a mi gato. Dañe descuidadamente el forrado perfecto y abrí la caja cual no revelaba ninguna pista de lo que era. Me encontré con una pequeña caja en forma de corazón, tenía un agujero de la misma forma pero con un vidrio cubriéndola, en la parte de adentro podía observar una pequeña bailarina, abrí la caja, y coloque la bailarina junto en el centro, tire una llave y For Elisa de Beethoven comenzaron a sonar, y aquella bailarina comenzó a bailar, me acomode en el sofá deleitando aquella música. Pero no quería escucharla sola, quería escucharla con Mara, mi única acompañante, pero ella ya no estaba, comencé a gritar su nombre por toda la casa, pero solo me respondía un oscuro silencio, revise debajo del mueble, en mi cuarto, en el baño, y en la cocina... pero justo cuando abrí la alacena ella estaba allí, y traspaso la pared de esa pequeña alacena?

Algo me recorrió la espina dorsal, mi piel se erizo. Como era posible que aquel gato pudiera traspasar la alacena, introducí mi mano y esta cedió, luego mi otra mano, y luego mi cuerpo, mala elección, caí y mi cara se estrelló en la tierra, subí la vista y me encontré con un sombrío bosque, de las ramas cuales eran resecas, colgaban cadáveres de ardillas. Logre localizar a mi gato y lo seguí, el, obediente me espero.

-Hola Soriant, feliz cumpleaños, este es tu regalo, este es mi mundo y ahora lo conoces, cuando te sientas triste siempre puedes venir, toda la vida he querido hablarte, pero solo aquí puedo, había prometido que cuando cumplas los 15 te enseñaría este mágico mundo.- dijo aquel gato moviendo las manos de un lado a otro.

Mi boca permaneció abierta y mis cejas se unían en sinónimo de confusión, no tenía palabras para aquella sorpresa, como era posible esto?

El gato, o si así se lo puede llamar, se transformó en una pequeña niña, con cabellera negra y corta como lo era cuando era gato, y un vestido negro con muchos lazos y botones y esponjado, su cola, azabache y peluda, sobresalía por la parte de atrás, mi mirada recorrió desde sus zapatos con correa hasta sus orejas peludas, me miro, la mire.

-Sígueme.- fue lo único que dijo

Obedientemente la seguí, esta me introdujo en el fondo de aquel bosque, repleto de hojas secas, con ambiente opaco y decaído, las nubes se movían rápidamente, el viento soplaba muy fuerte que tenía que sostener mi sombrero de paja, a medida que nos adentrábamos más al lugar, era más petrificante de alguna u otra forma. Se escuchaban ruidos de todos lados, lo que me hacía creer que podría estar loca, de pronto Mara se quedó paralizada a mitad del camino.

 -Que ocurre Mara?- pregunte inquietante, estaba demasiado asustada como para hablar bien. –Mara?- volvi a preguntar Mara se volteo y tomo una rama enterrada en el suelo y la giro, de pronto todo el escenario que se encontraba detrás de ella, dio un giro, tipo la casa de Mickey mouse, esta se hizo de un colorido verde azulado fosforescente y de la parte de atrás salieron muchos duendecillos y comenzaron a bailar un tipo de música suiza muy alegre, llevaban unos sombrerillos y unos trajes de gala con zapatitos de madera, estos elfos o duendes tenían más o menos 1 metro de altura. Yo solo me senté en aquellas hojas y comencé a aplaudir al son de la música. Al terminar aquella agradable sonata se posó un pequeño cuervo en mi cabeza y me pico, si, el muy imbécil me picoteo el sombrero y arruino todo.

-Hey! Porque me picoteas?- Grite enfadada, me había dolido, no fue nada cariñoso de su parte. En ese instante uno de los elfos se me acerco y me dijo recitando en verso: 

 -Pequeña Soriant, hoy es tu cumpleaños, y hay que celebrar, y espero que nuestros actos, puedas disfrutar.- Debo admitir que eso me saco una sonrisa. Aquellos comenzaron a bailar de nuevo, y mientras yo veía el espectáculo, alguien beso mi cabeza, tire la cabeza hacia atrás y esta se estrelló con unas piernas, mire hacia arriba y visualice a un chico, pálido y sonriente a la vez, por un momento creí que estaba muerto, pero sus labios estaban rosados, y si estuviera muerto estuvieran morados.

 - Hey!, feliz cumpleaños, dijo mientras se sentaba detrás mío y me rodeaba con sus grandes brazos y sus largas piernas.-Gracias?- fue lo único que salió de mí en ese instante. Poso su barbilla en mi hombro, y susurro: 

-Por fin tienes 15, parece que fue ayer cuando llorabas como una bebe por una paleta-, dijo mientras sonreía y me abrazaba más fuerte. Me quede en silencio, no me molestaba en lo absoluto que él me use como almohada, es más creo que me asustaba, el estaba helado.

 – Quien eres? Y por qué me abrazas?- dije sin rodeos. -Quién soy? Pues soy tu mayordomo pequeña Soriant, estaré siempre para ti cuando lo necesites. Es un gusto servirte- dijo mientras se levantaba y sacudía su smoking negro, y arreglaba su cabello café oscuro, a la vez que se inclinaba para besar mi cabeza. – Ah por cierto, lamento haberte picoteado, era un beso de bienvenida.- dijo ensanchando su sonrisa.

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Espero que les haya gustado :v 



The journey of Soriant EllevantDonde viven las historias. Descúbrelo ahora