Lúa una chica común de 20 años.
Se muda a Londres para alejarse de los planes de vida que sus padres tienen para ella.
Ahora tiene nuevos planes, unos que esta vez eligió.
Nuevos amigos, departamento y buenas calificaciones.
¿Qué podría pasar cu...
Luego de veinte años soportando ser parte de la familia perfecta, manteniendo una "vida perfecta" o eso es lo que los demás piensan que tiene, se cansa de la actitud de sus padres y decide irse de Haworth, un pueblo que la vio crecer pero que ya no se siente como su hogar. Hace ya varios años que se convirtió en su infierno personal.
Realmente desde que nació su vida estuvo planeada para ser lo que sus padres consideran "perfecta", pero que van a saber ellos cuando su matrimonio no es real. Una madre ausente que se preocupa más por gastar el dinero de su esposo y ser parte de la alta sociedad del pueblo, un padre también ausente por sus viajes de negocio y múltiples aventuras calladas y toleradas por su esposa para guardar las apariencias.
Lo único que Lúa consideraba perfecto en su vida eran sus hermanos mayores: Finn y Jack, dos gemelos insoportables pero que ama más que a cualquier persona. Hace ya algunos años que viven en Londres, lejos de los constantes ataques de sus padres por no ser considerados perfectos. De hecho, ante sus vecinos ellos se encontraban manejando las empresas familiares fuera del país, cuando la verdad era otra.
Una absurda mentira para encubrir que habían echado a sus hijos de su hogar, dejándolos a su suerte cuando descubrieron un secreto que no tenía nada de malo, pero para ellos era una deshonra a la familia y se convertirían en la burla de los vecinos -que absurdo era siquiera pensar en eso-. Desde cuándo lo que pensaran los demás debía influir en su vida, ni que fuera un pecado ser homosexual. Porque sí, su hermano mayor era gay y a ella no le importaba, lo amaba por la gran persona que era; sus gustos jamás cambiarían sus sentimientos.
Nunca se sintió más feliz en toda su vida cuando puso un alto a todos los planes de sus padres y decidió buscar su propio camino.
Empezó por anunciarles a sus padres que viajaría a Londres a estudiar, al principio se negaron, pero terminaron cediendo ya que eso sería una buena excusa para justificar el escándalo que se armó cuando terminó su relación con su prometido sin ninguna buena razón. Connor no merecía ser dejado como lo hizo, pero ella estaba haciendo lo correcto, esa relación era tóxica y no fue por elección.
El problema no fue el chico, ya que es un buen muchacho. Un moreno de ojos azules, simpático pero que fue criado para ser perfecto, alguien que hacía todo de forma automática, en algún momento considero que podría ser un robot ya que no despertaba las emociones que las películas y libros enseñaban sobre el amor. El problema fue que desde que se lo presentaron, sus padres forzaron la relación. No le sorprendería que sus planes de boda fueron preparados desde que nacieron.
Miraba su maleta sobre la cama mientras intentaba recordar algún buen recuerdo de su familia en el que las cosas no fueran planeadas o que no se sintiera ese vacío que siente en este momento al darse cuenta que no hay ninguno. -Limpió una lágrima que bajaba por la mejilla mientras tomaba la maleta que le faltaba bajar-.
-Esto es todo, en unas horas seré libre-. Se repitió las mismas palabras que se dijo antes de empezar de cero.
Mientras bajaba por las escaleras observo las fotos colgadas en la pared -vaya mentira-, casi podían hacerse pasar por la familia perfecta. Casi. Bajando el último escalón se dio cuenta de lo cerca que estaba de poder ser feliz y su estado de ánimo volvió a subir. Sus padres la esperaban en la puerta, ni siquiera se molestaron en aparentar que estaban tristes, la vista de ambos estaba en el celular.
Ben, el chofer de la familia le ayudó con la maleta.
Antes de irse su padre le dio un poco de atención y le pidió que volviera en vacaciones a visitarlo. -como si le importara si vuelvo-. Fue su primer pensamiento. De igual forma le aseguró que volvería cuando tuviera días libres, tomó el cargador con su mascota y se encaminó al auto. Con una sonrisa le indicó a Ben que empezara el viaje. En el camino revisó su móvil pero no tenía ningún mensaje, pero tampoco esperaba tener uno después de todo no tenía realmente ningún amigo.
Hola! =D
Bienvenidos a esta historia es algo nuevo para mi escribir, pero quería hacerlo, bienvenidos sean los lectores y lectoras con sus opiniones.
Espero ustedes y sus emociones me acompañen en este nuevo viaje que está por comenzar.
Bye... ❤
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