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No podía creer lo que en sus brazos tenía, quería que todo eso fuera simplemente un mal sueño del cual pudiera despertar en cualquier momento. Pero lamentablemente esa era la realidad.
Sus esperanzas disminuían junto con el tiempo que pasaba y su rostro suplicaba a que alguien hiciera algo para ayudarle, tal vez si detenían la hemorragia ella sobreviviría. No, ella ya no sobreviviría, la hemorragia causó grandes pérdidas de sangre, ya nada se podía hacer.
-Karma- llamó con voz temblorosa a modo de súplica, esperando a que este le ayudará, pero sólo consiguió que este bajara la cabeza y negara con esta- Kanzaki- volvió a llamar recibiendo como respuesta que la recién mencionada apartara la mirada y cerrara los ojos tratando de no mostrar cuanto dolor se reflejaban en ellos.
Su profesor le había dicho que nada se podía hacer, pero él se negaba a aquello y había empezado a pedir ayuda a sus compañeros, recibiendo negaciones por parte de ellos.
Finalmente Isogai había decidido en tratar de que su amigo aceptara aquella cruel realidad que todos estaban viviendo. Se acercó a su persona mientras él seguía viendo al cuerpo que yacía en sus brazos inertemente- Nagisa...- le llamó, pero no salieron más palabras, no podía hablar más, en cambio si lo hacía rompería en llanto.
Por otro lado, él ya estaba desbordando lágrimas a través de sus ojos, el dolor que sentía en su pecho era inevitable.
-A ella nunca le gustó el verde- dijo finalmente, mientras aferraba el cuerpo a su persona- siempre prefirió los colores cálidos, pero de tiñó el pelo de verde por que a su hermana le encantaba ese color- todos guardaron completo silencio y pusieron toda su atención a las palabras que decía el destrozado Nagisa- ella quería viajar por el mundo, quería dejar de lado su carrera de actuación para poder abrir una pastelería en la ciudad- su voz se quebraba cada vez más con cada palabra que decía- ella siempre había cargado con desgracias en su vida. Primero perdió a toda su familia de la manera más cruel posible, estuvo aguantando el dolor de aquellos tentáculos- acarició el rostro de cuyos ojos ya nunca más podría volver a admirar- ella solo quería vivir tranquila, quería tener una familia con la que vivir feliz. ¡Yo podía darle esa familia!
Rompió en llanto, aferrándose al cuerpo de su amiga mientras las lágrimas recorrían su rostro. Se sentía destrozado, acababa de perder a una de sus mejores amigas, y hubieran llegado a ser mucho más si él no se hubiera dado cuenta a último momento que la amaba. Se sentía como un completo idiota, probablemente él hubiera podido evitar todo ese desastre si se hubiera fijado en las acciones que Kaede iba a llevar a cabo.
Pero las máquinas en el tiempo no existen, y lamentablemente eso Nagisa lo sabía a la perfección.
La nostalgia le consumía, y el sentimiento de culpa no tardaba en llegar junto con un gran dolor en el pecho. Recordaba claramente como se habían conocido. Ella había hecho que sus días en la clase no fueran tan neutros y sombrios. La alegría que ella emanaba y hacia felices a varios en la clase, especialmente a él, no merecía ser acabada con tan solo eso, no quería que aquello le abandonara.
Quería salvarla al igual que aquella vez en que la salvó de su propia venganza. Quería que aquellos felices días junto a ella volvieran. La quería a su lado, la necesitaba junto a él para siempre. Quería que aquella pesadilla acabara de una vez por todas. Pero no se podía, ya no más, ella estaba muerta.
Un tentáculo se había posado sobre su hombro, y volteó su mirada para ver a su profesor a la cara. Sabía que este también se sentía tan destrozado como él. Una de sus alumnas se había ido, le había prometido a Aguri cuidar a cada uno de ellos y evitar que algo grave les sucediera. Pero para peor, ella era la hermana de su querida Aguri, y seguramente ella se sentiría horriblemente mal si supiera que su hermana menor estaba muerta. Probablemente así se debió de sentir Kaede cuando vio la muerte de ella. Ahora todos compartían aquel dolor.
Volvió a aferrarse a su cuerpo, y ahora lloraba con mayor intensidad. En unos minutos más Koro-sensei tendría que irse, y probablemente se iría con el remordimiento de no haber protegido a una de sus alumnas.
Seguramente ahora las cosas no volverán a ser como aquel año donde ella estuvo presente en su vida. Probablemente tendría que vivir de los dolorosos recuerdos de su tiempo empleado junto a ella.
Fue un idiota al no saber de lo que tenía, ahora que ya lo había perdido.
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Hola mis queridos lectores enfurecidos, que seguramente ya prendieron las antorchas y prepararon las chanclas. Eh vuelto después de mucho tiempo.
La verdad no tengo excusas ni razones que decirles del por que desaparecí de este librito por un tiempo. Bueno, la verdad tengo dos razones: falta de inspiración y mucha flojera.
Acepto sus piedras, las chanclas y todas esas cosas por el estilo. Me lo merezco.
Ahora cambiando de tema, quería saber sus opiniones con respecto al one-shot de ahora. Perdonen mis faltas de ortografía, la verdad no soy perfecta en estas cosas y probablemente no soy experta en ortografía como otras personas lo son, pero lo eh intentado. Igual, si ven alguna falta no duden en avisarme, soy toda oídos.
Nos vemos mis queridos lectores, no se cuando, pero nos vemos.
-White
