Me desperté de mi profundo sueño, me encontraba en una cama de agua. Ya entiendo por que dicen que son cómodas. No me acordaba de haber llegado a ese lugar. En ese momento, sentí un olor de una de las comidas más deliciosas del mundo. Panqueques. Me levanté de la cama y fui al lugar donde provenía ese delicioso olor. Terminé llegando a la cocina. En ella, mi madre se encontraba haciendo el desayuno. "Oh, ya despertaste. Buenos días, cariño. ¿Qué te parece la casa? hermosa, ¿no?" dijo ella mientras se acercaba a la niña que se encontraba a un paso fuera de la cocina. "Alto... ¿Y la otra casa? ¿Qué pasó con ella? a mi me gustaba. Apartando que no podía dormir del miedo." dijo la chica mirando hacia el suelo. "Sé que te encantaba. Y más por el patio. Pero no te sientas así. También tiene un gran patio, mandaremos a hacer una piscina, podrá traer a los amigos que harás en tu nueva escuela" dijo sin nada de retraso. "¿Nueva escuela?" asombrada por lo que su madre acababa de decir se cubrió su rostro con ambas manos. "Ésta es una pesadilla... a la cuenta de tres despertaré." pensó la pequeña. "Uno..." comenzó a contar, "dos... y tres." terminó. Se quitó las manos del rostro y se dio cuenta que todo seguía igual. Recuerdos del día anterior empezaron a llegar a ella. Iban entrando a la casa, y lo primero que pudieron ver... fueron manchas en las paredes. Manchas de sangre, por toda la sala principal. Les aterraba que, los anteriores inquilinos no fueron los últimos en morir, ya que... la sangre se miraba fresca. Pudo acordarse cuando su padre agarró el bate de Béisbol de su hermano menor y empezó a subir las gradas para buscar al culpable, o al menos los cuerpos. Regresó con ninguna prueba. Y al llegar a la sala las manchas ya habían desaparecido. "No se preocupen, no es la primera." Había dicho su padre. ¿Cómo no se acordaba de más?
Se acercó a su madre y le preguntó que había pasado después que las manchas desaparecieran. "Pues... te cayó una especie de jarrón en la cabeza, no sabemos de donde apareció. Te encontrabas parada en las gradas, y fue ahí cuando vimos como el jarrón, lleno de sangre, caía en ti. Se quebró y tuvimos que llevarte al hospital. Ha pasado una semana. El día de ayer despertaste por fin y nos dijeron que te consintiéramos lo más posible hasta que tu trauma se fuera. Íbamos a irnos de ésta casa, pero usamos todos nuestros ahorros para comprarla, así que no podremos. Mejor nos adaptamos. Si vuelve a pasar algo trataremos de hacer otra cosa. No te preocupes." Dijo su madre jugando con sus manos y después poner un mechón de su pelo color miel detrás de su oreja. "Ve a levantar a tus hermanos. Dile a Anna que le haré postre si baja en éste preciso momento." le ordenó a su hija, Melody. Ella subió hasta el cuarto de su hermana mayor y para que se levantara le dijo lo del postre. Ella corrió a ponerse las sandalias y se fue a sentar al comedor. Después, fue al cuarto de su hermano menor, Daniel. Él era más fácil de levantar. Solo lo tiró de la cama y listo, se levantó. Enojado, pero se levantó. Fue a saludar a su padre, David, y le avisó sobre el desayuno y el postre, haciendo que él también corriera hasta el comedor. Cuando iba bajando pudo ver unos rasguños en la pared de que estaba frente a ella, habían unas palabras escritas, pero estaban volteados a 360 grados, ella solo lo ignoró y entró en la cocina para ayudarle a su madre, Carolina, a preparar todo y poder comer con su familia de un modo pacífico.
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El Libro De La Casa
Mystery / ThrillerImagina que te mudarás a una nueva casa, y cuando estás a punto de comprarla, BANG!! el dueño dice que todos los que alquilan la casa mueren en ella o al frente. Sigue pensando en que ésto te sucede a ti. ¿Qué dice tu familia? ¡¡Pues, simple!! Es la...