Un Viaje de Miradas

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Mi malhermoso día comienza con un conjunto de emociones, entre esos estaba reflejado más que nada los nervios y algo de emocionante, ya que, iba a ir con una persona, lo cual tenía muchas dudas; tales como, le caeré bien, que pensara de mi, espero saber más de ella y cosas así, en fin, no sabía que aventura nos esperaría, a unas cuantas horas de ver las luces azuladas en el horizonte emprendimos la travesía, en el camino, yo estaba muy nervioso, y algo despeinado, lo cual me hacía conversar mucho con mi yo, si, con mi yo, lose suena muy raro pero yo lo hago a menudo, es muy relajante y avivador, es para tranquilizar el alma y convencerle a la mente que todo será relativamente positivo, al llegar y posarnos a unos cuantos pasos de su casa, por fin salió, al embestir el auto lo primero que pensé, que bien huele, tenía un aroma a flores pero también a algo tan penetrante como algo dulce, al instante hubo química, a unos cuantos kilómetros ya estábamos riendo, entonces ahí fue cuando supe que sería un viaje muy acogedor y ameno, pero no sabía y mucho menos se me cruzó por la mente que sería algo malo, íbamos de lugar en lugar de clima en clima, así como las aves emigran hasta llegar al punto exacto, así como las abejas se mueven de flor en flor hasta llegar al polen, algo así fue nuestro viaje, después de muchas horas de vivir el exhausto calor y empaparnos el cabello con las cálidas gotas de un cielo completamente plomo, pero no era cualquier plomo, era el plomo que acompañaba al mal día que estábamos atravesando, pero al final llegamos al destino, cumplimos el objetivo, y ya era hora de retornar a nuestras moradas, que a propósito nos urgía llegar para tomar un baño, antes del viaje ella me pidió que me sentase a su lado, me pareció perfecto porque así podríamos conversar más de hecho eso quería yo, pero no podía decirle, porque la vergüenza se apoderaba de mi, al fin de cuentas charlamos todo el camino, pero ahí algo que me encanto y fueron sus ojos llenos de deseo, de puro fuego... me fascino esa mirada que me traspasa entero, justo por el centro, como la flecha del más certero arquero, Creanme mi cuerpo se estremeció al ver su mirada, esos ojos que revelan secretos compartidos, murmullos, silencios... me derritieron y rompieron mis restricciones... Fue como si el alma mía entrase en tu mirada, los ojos mostraban su inocencia, el impulso se multiplica, se escucho los latidos de su corazón... Esa mirada me consumía tanto así que una sola mirada bastará para que mi estomago sintiera la adrenalina de un momento fugaz me gustaba observar aunque no quiera ser observado, su mirada es como la sensualidad a flor de piel, el deseo creciente de tomar el mejor champagne de la copa más excitante.
Su mirada fue el comienzo y el final, caprichoso destino que con sus ojos me cruzó. ¿Porqué la miré?, ¿porqué me miró?, desde ese momento se extendió por mi mente sin que yo pueda hacer nada. Al mirarme me sentí atraído por si fuerza, y lejos de huir me quedé. Bendita la hora en que me mire en sus ojos, y aunque creí hundirme en en su mirada, en realidad emergí de mis propias cárceles a ese reino tan mágico y maravilloso, ese en el que puedo sentir y vivir tanto como quiera, y así es como un día puede tener poco de malo y demasiado de bueno.

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