El Comienzo.

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   Se podía ver a la Luna.

   Vieja, cansada y con un triste semblante vagando por tierras y mares.

   Fue mágico el día en que todo cambió. Había luz, vida, y emoción. 

   El Sol irrumpió en su vida sin previo aviso, reconocía el fuego de su mirada, lo caliente de su corazón. El tiempo que pasaban juntos, no era mucho, pero era lo más preciado que ambos tenían.

   Era una perfecta colisión entre la vida y la muerte, un conjunto armonioso del bien y el mal. Podían hablar por siempre sin cansarse, podían decirlo todo aún estando en silencio.

   Luna era sabia, y Sol era torpe, y en uno de los tantos consejos que Luna pudo obsequiarle al Sol, fue el recordarle uno de los mayores secretos de la vida humana.

   "Allí van, mí Sol, tan sólo míralos" señaló con nostalgia observándolos. "Quizás aún no lo notes, pero lo mejor que podrás hacer experimentar vez... es el noble acto de amar y llegar a ser correspondido"

   Lo que no supo el ingenuo Sol, fue que una vez era ella la de las historias de amor, eran experiencias, aunque una larga vida ya ha pasado no podía olvidar la desdicha que crean los mortales, como estar encendido en un fuego que no apaga. 

   Pero Sol no entendería eso, y él simplemente se enamoró de su dolor.

Sol y Luna, Frases y SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora