Después de estar todo un día aguantando al imbécil me fui con mis amigos a la casa de uno de ellos . Fue entonces cuando llegamos a la casa , me enteré de que la casa era de un amigo de la infancia que se había mudado. El chico se llamaba Leo y en su casa no estaban sus padres , por eso fuimos a su casa. Cuando me vio me dijo.
- Mi pequeñita!! Cuanto has crecido!-dijo con ironia.
Le miré fulminándole con la mirada
-Ja ja ja ja , que gracia , y tu sigues igual de graciosillo que siempre.
Me miró y se rió.
Estuvimos en su casa toda la noche y sin darme cuenta acabé dormida allí. Por la mañana, cuando me desperté estaba en la habitación de Leo en su cama , el estaba en un sillón durmiendo , ver eso me alivió mucho . Cuando se despertó me miró y me dijo
- Buenos días mi pequeñita , anoche cuando ya se había ido todo el mundo , entré a mi habitación para acostarme y allí estabas , durmiendo en mi cama y para no molestarte me acorté en el sillón .
- ¿Has estado toda la noche en ese sillón toda la noche?
- Si , ¿Hubieras preferido que hubiera dormido con a tu lado?
- Idiota - Le dije riéndome .
Salí de su casa y me fui a la mía . Por suerte aún era pronto y me daba tiempo a prepararme e irme al instituto. Cuando llegué vi a Leo en la puerta, eso significaba que ahora estaba en mi instituto y que formará parte de mi vida. Cuando eramos pequeños yo salía con el y teníamos mutua confianza , pero por asuntos familiares se tubo que mudar a otra ciudad. Desde ese día en el que nos separamos no había vuelto a salir con nadie más .
- Buenos días de nuevo mi pequeñita - dijo el sonriéndome .
- Si si , pero no te acostumbres eh que eso solo fue anoche -
Entonces como de costumbre
apareció el imbécil y miró a Leo fulminante.