Hoy como cada año los ángeles descendían a la tierra en busca de humanos a los que proteger. Para Alice, un ángel caído que vagaba lamentándose de su destierro, ese día se cumplían tres años desde que la expulsaron, se hallaba como siempre llorando escondida en su habitación, pues no le gustaba que la vieran llorar, pero hoy era un día “especial”, se vistió algo deprimida y sin muchas ganas salió a la calle, caminando, veía que detrás de cada humano había un ángel, ella deseaba con todo su corazón tener a alguien que supiera que la iba a proteger de cualquier cosa, como siempre, acudía al banco del mismo parque en el que esperaba a alguien que jamás llegaría, aun así le gustaba salir para tomar el aire. Aquello le traía recuerdos de cuando se enamoró de aquel humano, al que al final vió morir delante de sus ojos, ella nunca se lo perdonaría. Al rato de haber estado sentada en aquel frío banco, metió su mano lentamente en su bolsillo para sacar un paquete de tabaco, ‘’a él no le gustaba que fumara’’, pensó mirando fijamente el paquete, ignoró su pensamiento e inmediatamente sacó un cigarrillo de aquel paquete ya arrugado por sus manos las cuales estaban llenas de heridas y cicatrices, saca del bolsillo de su chaqueta un mechero y se lo acerca al cigarro encendiéndoselo, se quedó embobada pensando en que iba a hacer, ya no podía aguantar más, el destierro, estar sola, todo se le venía encima. ‘’¿Qué estoy haciendo?’’ susurró mientras mordía el cigarro y se lo sacaba de la boca tirándolo al suelo y pisoteándolo, realmente no podía aguantar más, la angustía se le acumulaba en su garganta mientras temblorosa se tiraba al suelo de rodillas, ‘’si el me viera…’’ pensó mordiéndose el labio y levantándose sin fuerzas fue caminando por las calles, el cielo se iba oscureciendo y de un momento a otro empezó a llover, ¿esa lluvia podría borrar las heridas del pasado? Realmente ella no lo sabía, pero que sus lágrimas estuviesen camuflándose con las gotas de agua que caían del cielo, le gustaba. Llegó a su casa toda empapada, se quedó sentada en la entrada al lado de la puerta, esperando a alguien que no llegaría nunca y ahí se quedó dormida.
A la mañana siguiente despertó en su cama, no le dió mucha importancia y se levantó sin ganas, salió de la habitación y fue a la cocina, al entrar, un extraño olor a café y tostadas recién hechas le sorprendió, se acercó sentándose en la silla, ‘’ugh, este día está empezando de manera muy extraña’’ dijo agarrando la taza de café y dándole un sorbo con cuidado de no quemarse, pero no estaba tan caliente, le recordó a cuando su madre le preparaba el desayuno todos los días, al pensar en su madre se preguntó cómo estaba, se sumergía más en sus pensamientos al igual que la tostada con mermelada en el café, recogió todas las cosas y las dejó en el fregadero, caminaba por el pasillo metiéndose en el baño para ducharse, mientras se iba quitando la ropa veía en el espejo todas las cicatrices que llevaba, al instante apartó la vista y siguió desvistiendose, al terminar de quitárselo todo se metió a la ducha, abrió el grifo del agua caliente y mientras recorría su cuerpo empezó a cantar una canción.It was like a nightmare,
It’s painful for me
‘cause nobody wants to die to fast.
Remember days of grief,
now It’s strange for me
I can see your face,
I can hear your voice.
Su voz era frágil y más al cantar ésa canción, le recordaba a esos días en los cuales ellos dos soñaban en escapar de esta vida tan absurda y dejar los estúpidos tabúes de que humanos y ángeles no pueden estar juntos, pero los sueños, sueños son, o al menos eso pensaba ella, sentada en la ducha con las rodillas en su pecho lloraba en silencio mientras balbuceaba intentando cantar esa canción, de algún modo calmaba su dolor y los dolorosos recuerdos, se levantó y salió de la ducha, se cubrió el cuerpo con una gran toalla de color azul y se sentó en el suelo pensando en que ese día tenía que ir al trabajo, tenía más ganas de morirse que de ir al trabajo, pero si quería pagar el alquiler de su apartamento tenía que buscar los medios para hacerlo, trabajaba en un videoclub, siempre hasta tarde. Miró un momento al espejo, y notó algo extraño, se acercó un poco más y no tardó mucho en percatarse de que detrás de ella había un chico que estaba mirando al suelo muy sonrojado, miró rápidamente hacia atrás viendo que no había nadie, asustada retrocedió en el suelo.

ESTÁS LEYENDO
EL COMIENZO DE UN NUEVO AMANECER.
Novela JuvenilSINOPSIS Erick: 19 años, 1.80. Erick estaba muy emocionado, después de todo no era fácil conseguir el graduado de la academia de Ángeles más prestigiosa de la ciudad. Eso significa que por fin podrá tener a su propio humano. Si, es un ángel de la gu...