Los ojos del pelimenta se abrieron lentamente debido a la luz que llegaba directamente a sus ojos, frunciendo el ceño por haber olvidado cerrar las cortinas la noche anterior, se levantó tomando su celular para ver la hora.
10:30am
Lo colocó de nuevo en la mesita al lado de su cama y se dirigió a paso desganado al baño, al entrar vio su pálido rostro en el espejo y su ceño se frunció aun más al descubrir las enormes ojeras que se instalaban bajo sus ojos dándole una apariencia de zombie, definitivamente no debía hacerle caso a TaeHyung cuando le proponía jugar videojuegos hasta tarde. Tranquilamente se despojó de su ropa y se dio una rápida ducha.
Cuando salió del baño se dirigió a su armario y eligió una ropa decente para ir a trabajar. Se decidió por un pantalón negro no tan ceñido, una camisa de cuadros gris, un suéter blanco por encima y unos botines negros.
Al terminar de arreglarse tomó su teléfono, sus llaves y su billetera para luego salir rumbo a su trabajo el cual no quedaba lejos de donde vivía.
Se preguntarán en donde trabaja. Pues Min YoonGi, el chico más perezoso del universo, trabaja en una cafetería, sí, lo sé suena tonto pero a él no le molestaba en lo absoluto, podría decirse que ya estaba acostumbrado. Además, cubría todos sus gastos y también le servía para uno que otro capricho.
Las campanillas de la puerta de entrada sonaron por todo el local anunciando su llegada, la señora Jeon lo saluda desde el otro lado del mostrador y él, educadamente, le devuelve el saludo antes de caminar a su puesto detrás de la caja no sin antes haber tomado su delantal de color negro con una pequeña etiqueta con su nombre.
...
El día transcurre aburrido, la gente viene y va como hay otros que se quedan a charlar o leer un libro mientras beben su café. El pálido estaba concentrado leyendo un libro que le había recomendado un buen amigo suyo, Jimin, cuando siente que se le abalazan encima haciendo que el libro cayera al suelo y el casi cayera sino fuera porque el pequeño Kook lo tenía bien agarrado.
- Feliz cumpleaños, hyung- al terminar de decirlo el pelinegro se separó de él para salir corriendo devuelta a la cocina regresando, segundos después, con una caja algo grande, pero no tanto, envuelta en un hermoso papel azul cobalto con un lazo blanco bien hecho - Es para ti.
El chico tomó la caja con algo de confusión y emoción al saber que alguien de verdad se esforzaba por hacerlo feliz. Puso el regalo en el mesón y fue quitando el lazo con cuidado de no dañarlo, lo mismo hizo con el envoltorio y al abrir la caja, que era del mismo color del envoltorio, su rostro se iluminó al ver que dentro estaba un enorme peluche de Kumamon, su mano se acercó lentamente y tomó al muñeco para detallarlo mejor dándose cuenta de lo real que era, devolvió el muñeco a la caja cerrándola nuevamente.
JungKook estaba confundido pues creyó que el presente le había gustado, pero esa confusión no duró mucho cuando sintió las manos de su hyung tomarlo de las caderas para llevarlo a través de la cocina, corriendo, hasta llegar a la oficina de su madre,cerrando la puerta con el pie, lo depositó suavemente sobre el escritorio tomando ahora su rostro besándolo tiernamente haciendo que él rodeara su cuello con sus brazos, las manos de YoonGi se posaron en su cintura acercándolo más a él haciendo que Kook rodeara su cadera con sus piernas. Luego de unos minutos ambos se separaron debido a la falta de aire y se miraron a través de sus pestañas sonriendo tontamente, como los enamorados que eran.
- T-te gustó t-tu regalo? - la pregunta del menor lo hizo sonreír asintiendo lentamente sin despegar su frente de la de Kookie.
- Te amo Kookie - le dijo robándole un pequeño beso haciendo que las mejillas del menor tomaran un adorable color rosa.