Conocí a Larry un viernes por la tarde. Había terminado examenes por lo que fui al Lincoln plaza, estaba aburrida y buscaba alguien con quien hablar y jugar.
Finalmente, vi una tienda que me llamó la atención, se llamaba Ciudad Manga. Luego, entré y encontré una maquina que tira bolitas sorpresa, para sacar una se tiene que gastar 500 colones. Que por cierto se fueron a la basura ya que salió un pokémon de color morado al que llamé Larry. Con él hable y jugué.
Fin de la historia