Futuro

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Habían pasado varios años desde aquella situación que cambio su vida. Minho había crecido bastante como un hombre ignorando ese pequeño rudito en su cabeza llamado "Taemin".

Cuando se fue del departamento espero a un tiempo para hablar con sus tíos, necesitaba un cambio radical en su vida y  los dejo manejarla , yendo incluso a un internado fuera del país para cursar  el año que le faltaba, porque de había tomado demasiado que ni a la escuela quiso volver. En ese entonces supo que Taemin debió ser desalojado del departamento porque sus tíos lo habían vendido, desde ahí perdió alguna pista de su paradero, por si alguna vez le hubiese gustado buscarlo. Termino por graduarse en ciencias económicas para dirigir la empresa de sus padres, solo que se vio metido en problemas legales ya que su tío no quería cederle el poder que le merecía, nada que un buen abogado no pudiera retribuir, la poca familia que tenía también se había alejado.

Ahora a sus veintisiete podía decir que tenía una vida bastante tranquila, la empresa iba bien a pesar de que él no fuera muy aplicado a ese lado, pero al menos gozaba de cierto beneficio en su tiempo de oseo al ser el jefe y haberse conseguido un buen equipo que lo respaldará.

Minho vivía en una zona acomodada de Corea, aunque su casa no fuera lo suficientemente grande como las de sus vecinos, ahora tenía dos mascotas Zeus y Poseidon sus perros, aunque apenas tenían tres años eran bastante revoltosos por lo que debía sacarlos a pasear todos los días.

— Sr. Choi, la srta. Victoria mando las invitaciones en su correo para que las revise.

El aparato encima de su escritorio había sonado soltando la voz de su secretaria distrayéndolo de la lectura que estaba haciendo a un libro que había comprado hace unos días.

— Gracias Joy.

Reviso de las invitaciones sonriendo bastante, eran muy buenas por lo que de inmediato reenvío el correo pidiéndole que las imprimieran cuanto antes, debían estar listas lo antes posibles ya que tenía planeado adelantar el matrimonio. Porque si, Choi Minho se casaría.

Estaba feliz que decidió tomarse la tarde libre, después de todo era un sábado y no tenían nada pendiente.

Saliendo se retiro esa incómoda e informal chaqueta arremangando los puños para darse un look no tan formal, su paladar llamaba por un café pero antes fue hasta el mesón de su secretaria que le miro casi asustada, era nueva por eso la entendía un poco con ese brinco que dio al verlo de pie.

— Digale  a todos que daré la tarde libre y que vayan a sus casas, pero que no se acostumbren. Adiós señorita.~

Salió rumbo a su cafetería preferida, aunque quedaba en un mall un poco alejado de donde trabajaba. Quería tomarse un gran vaso de café exportado y comprar un torta para llevarla a la tarde a su casa. No tardo más de unos  quince minutos cuando estaba frente a el gran local, dejando la chaqueta en el auto, tendiendo a desordenarse un poco su cabello para lucir como quería. Recorrió una a una las vitrinas caminando con total tranquilidad. Minho no necesitaba de andar rápido pues tiempo tenía además sentía con las ganas de comprar un hermoso obsequio. Sentía que llamaba la atención de un par de miradas, pero de inmuto, solo hacerlo, sobre todo cuando lucia así tan elegante, su amiga le había comentado que parecía hasta un modelo de alta costura. Al fin llego cuando fue por los pasteles, observándolos determinaba exactamente cual llevaría, pero se veían todos demasiado buenos como para no querer llevárselos todos.

— Si me permite señor, ese de trasnochada es la especialidad de nuestro nuevo chef.

Uno de los chicos con asentó extraño le hablo, lo conocía, como solía ser habitual ya tenía hasta su propio mesero personal que lo atendía.

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