-¡Mira Kotaro!, un perrito- le grite y le hize una señal para que venga
-¡Espera Sanae!, ¡Corres muy rapido!- el vino corriendo hacia mi
-Mira- agarre al perro entre mis brazos
-¡Que bonito!- dijo el y se sento
-Ten, acaricialo- le di al cachorro
-Se va contigo- me dice el
-Me quiere mas a mi que a ti- le respondi
Los dos nos reimos al mismo tiempo e intercambiamos sonrisas, era muy agradable estar con Kotaro.
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Nos conociamos desde los 6 años, ibamos a la escuela elemental juntos y luego nuestros padres nos apuntaron a la misma escuela.
Me empeze a hacer dos coletas en aquel entonces, Kotaro ya habia crecido bastante y me pasaba por una cabeza, ambos pasabamos los dias juntos, ya que los dos teniamos pocos amigos.
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*Foto que nos sacaron nuestros padres*
Los dos siempre haciamos las tareas juntos y todos los proyectos, eramos delegados de la clase asi que siempre nos ibamos ultimos.
Los dias que pase en aquel entonces fueron preciosos, siempre estabamos juntos
El siempre cuido de mi, hasta que me finalmente me termine enamorando de el
Mi padre habia encontrado trabajo fuera del pais, y nosotros al estar mal economicamente tenemos que mudarnos, no le habia contado nada a Kotaro todavia, ni a mi amiga Lys.
Finalmente llego el dia que tengo que tomar el avion, no me arrepiento al no contarle nada a Kotarou, si se lo hubiera contado el se pondria mal y eso es lo que no quiero que pase.
Me habria gustado el que Kotaro y Lys estuvieran aqui para despedirme.
Ya habian llamado para abordar el avion, habia olvidado mi mochila en uno de los asientos del aeropuerto, mi madre me acompaño y fuimos a buscarlo juntas.
Habia cogido mi mochila, nos disponiamos ha ir rapidamente al avion cuando escuche mi nombre.
-¡Sanae!- era Kotaro, venia a toda velocidad hacia mi con una bolsa
-Kotaro...- susurre
-¡¿Porque no me has avisado idiota?!- me grito Kotaro entre jadeos, parecia que habia corrido bastante
-Para evitar esta escena- le respondi, estaba a punto de llorar
-¡No llores!- me dijo el y me abrazo
-Kotaro... lo siento- me solte de su abrazo
-Sanae...- me miro con una tristeza en sus ojos
-Sanae tenemos que irnos- me dijo mi madre y empezo a caminar hacia el avion que ibamos a abordar
-Me tengo que ir Kotaro, Adios- le dije y quize salir corriendo pero el me agarro el brazo izquierdo
-¡Espera!- dijo el
-Tengo que irme- le respondi y trate de soltarme de su agarre
-Ten...- me dio una bolsa rosada
-¿Que es esto?- le pregunte
-Sorpresa- dijo y me abrazo
-Lo siento mucho...- le dije
-Ve con cuidado- dijo y se solto de abrazo
-Si- le dije y me fui rapidamente
-¡Sanae!- grito
Me di vuelta mirando hacia el.
-¡Nunca te olvidare!- me dijo con una sonrisa
-¡Ni yo lo hare!- le respondi
Me di vuelta unos segundos y vi a Kotaro con su madre, era un poco obvio de que el no podia venir solo ya que tiene 12 años pero me dolio ver como el abrazaba a su madre, parecia que estaba llorando.
Aborde el avion, me sente del lado de la ventana y mientras veia como despegabamos me puse a llorar silenciosamente, mis padres no parecieron darse cuenta.
Tuve que rehacer mi vida, hize nuevas amigas, aunque no me costo mucho.
He guardado el regalo de Kotaro que me dio en el aeropuerto.
Era un hermoso broche para el pelo, lo guardaba en una caja de madera bajo llave, ya que es muy importante para mi.
Actualmente tengo 16 años, mi familia me propusieron ir a estudiar a mi ciudad natal, y si decidia que si, mi madre me acompañaria.
Obviamente dije que si, no me he olvidado de Kotaro en lo mas minimo, realmente lo extrañaba.
Estamos muy bien en el tema de dinero, mi padre ascendio drasticamente en su trabajo por lo cual tenemos lo suficiente para vivir.
Ya hemos viajado y ya nos instalamos en un pequeño departamento con mi madre.
Ya he ido a comprar el uniforme escolar, he preparado todo lo necesario para mi primer dia de clases, aunque aqui las clases empiezan en septiembre mientras que en donde yo vivia se empezaba en enero.
-Bien Sanae, ¡sonrie un poco!- me dijo mi madre
-Ya ya- le respondi
-Bien, 1,2,3, click- sono la camara de la cual mi madre estaba usando
-Aver- le dije y me acerque
-¿No crees que has salido divina?- me dijo ella
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