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Llegué al aeropuerto, el chófer de mi tía estaba esperandome con un cartel en manos que decía: " Samantha Garcia Swan".

Me acerqué a el sonriente señor de tez oscura y nuca calva.

-Sam..- dijo riendo un poco y abrazandome.

-Leo..- dije en forma de respuesta, sonriendo.

Nos dirigimos al auto. Durante todo el camino iba mirando por la ventanilla, estaba lloviendo a cántaros afuera. La lluvia no permitía que se viera casi nada pero me concentré más en cada gota que se estrellaba contra la ventanilla. Recordé las veces que me quedaba viendo la lluvia desde mi habitación en casa de mamá o las veces que mis hermanas y yo nos tirábamos en el sofá, nos arropabamos con una frisa gigante y veíamos una película, mientras comíamos algo.

-Veo que haz crecido bastante, ya no eres una nena como te recuerdo.-Bromeó Leo logrando sacarme de mis pensamientos.

-Seeh.. Supongo que es normal.- dije como si fuera obvio. Pero desconectada de mi entorno.

-Tenias mucho que no nos visitabas.- continuó la charla.

-Pues si.. Las cosas no andaban bien. Pero..¿Como está la tía bridget?- cambié el tema.

-No ha estado muy bien del todo pero ahí anda, aún en una pieza.- dijo regalándome una sonrisa tranquilizadora.

Ninguno de los dos dijo nada más en lo que restó del camino. Llegamos a la casa de mi tía. El gran portón de la entrada se abrió de par en par. Llegamos era una hermosa casa de dos plantas, en la entrada poseía una fuente con algunos cisnes nadando el él, los jardines estaban muy bien cuidados. Me encamine hacía la entrada y una empleada se hizo ver detrás de la puerta.

-Bienvenida señorita Garcia..- dijo sonriente la joven. No aparentaba tener más de unos 22 años o algo así.. Era como de mi edad. Cabello castaño claro, ojos color miel, tez blanca y perfectamente bronceada.

-Sam, o Samantha, como gustes.- dije dedicándole una sonrisa amistosa.

-¿Señorita Samantha?- dijo divertida.

Yo solo Sonreí casi riendo. Me adentré más a la casa, todo estaba muy ordenado, la decoración era hermosa, la casa bastante amplia, su caparazón no mentía..

-¿Se le ofrece algo?- preguntó una empleada apareciendo detrás de mi, junto a otras tres, más la que me recibió en la entrada.

-¿Donde está la tía bridget?- pregunté naturalmente.

-Esta en el estudio, por el pasillo la segunda puerta a la izquierda.- dijo amable.

Iba a empezar a caminar pero recordé algo.

-¿Y Denise?- ella era mi nana. Cada vez que venía era como una tercera madre.

-¿No lo sabe?- preguntó cambiando completamente la expresión feliz de su cara a una de angustia.

-Pues no. Pero si me lo cuentas tal vez lo sepa.- duhhh.

Todas guardaron silencio unos escasos segundos.

-La señora murió hace un par de meses.- Dijo una de las empleadas. ¿Que?!?!

-¿Pero..pero como?-pregunté sin entender.

-Estaba enferma, tenia cáncer.- dijo la tía Bridget apareciendo por el pasillo que hace unos segundos estaba a punto de recorrer.

No supe que decir. Otra razón para sentirme inútil. Si tan solo me hubieran dicho, la hubiera no sé.. Tratado de ayudar.. Hacer algo.. Yo...yo me siento pésimo.

-Oh cariño..- dijo Bridget abranzandome.- Lamento no Habértelo dicho, prefería decírtelo en persona, además casi no me hablabas.- se justificó.

Sollozé en su pecho, y unas cuantas lágrimas escaparon sin que tuviera tiempo de detenerlas.

Luego de un rato me calmé y limpié mis ojos.

-Lamento eso..- dije finalmente. Pero aún con la expresión triste en mi rostro.- ¿Como está ese bebé, como te sientes?- pregunté cambiando de tema.

-Pues.. Ha estado travieso pero ya sabes, nada fuera de lo normal. Aunque estoy un poco cansada.- confesó.

-¿Y por qué no te recuestas un rato, al menos hasta la cena?- dije poniéndome de pié.

-De ninguna forma jovencita.-Dijo imitando mi acción.- tu y yo aun tenemos muchas cosas de que hablar. Es más vamos..- dijo empezando a caminar.- vamos a caminar un rato, ya me hace falta.- dijo tomándome de la mano para apresurar mis pasos.

Nos dirigimos al patio trasero que era bastante amplio y empezamos a caminar. En el patio había una pequeña terraza, una piscina y de fondo tenia el mar, rosas de todos los colores, sumando lirios amarillo y morados, era hermoso.

-Amo tu casa..- confesé.

-Me alegro de que te guste, después de todo, también es tu casa..- dijo dulcemente y sonriente. -Entonces, cuentame..- empezó a hablar.- ¿Tienes novio?- soltó de golpe.

-Yo...- mi rostro volvió a ser frío al recordar lo que pasó.- no.- dije desviando la mirada hacia el horizonte.

-¿Que pasa, pequeña?- preguntó preocupada. No era un tema del que quisiera hablar, pero ella sabia todo sobre mí, le contaba todo, era como necesitaba que mamá fuera justo ahora.

Le conté todo. Desde que Justin llegó a vivir a la casa con sus hermanos, hasta que lo encontré en la playa con aquella chica. Incluso le conté sobre la relación que tenia con Ithan y luego con Daniel. Sumándole que le conté sobre Melissa y Ryan.

-Los hermanos con las hermanas.- dijo divertida riendo.- ¿Y Peggy no tiene nada con el tal Alex?- preguntó curiosa.

-Pues no..- dije levantando y bajando lo hombros de manera despreocupada.

-Sam..- dijo para llamar mi atención, a éstas alturas estábamos sentadas en la terraza en una mesa bebiendo Limonada y Piña colada con una que otra picadera.- Ya no eres una niña, sabes lo que es correcto y lo que no, sabes que tus padres o Michael nunca aceptaría una relación así, osea, somos...lo que somos y ellos son humanos, pero según lo que me contaste de verdad amas a ese chico y el a ti, aunque no logro entender por que rayos se besó con esa chica...- dijo quedándose en silencio unos segundos como si estuviera pensando.

-Solo.. Olvidate de eso tía, te lo conté porque nadie lo sabia y necesitaba sacar lo que tenia adentro pero.. Ya no hay nada, se acabó.- dije fría.

-Se acabó, pero estoy segura de que aun así sigues llorando por el cada noche.- eso me cayó como un valde de agua fría. Tenia razón.- además, aún sigo creyendo que debiste hablar con él y no tomar las cosas tan a la defensiva. ¿No dices que fue ella quien lo besó?

-Pues si, pero el correspondió el beso.- insistí.

-Te complicas demasiado.- bromeó y rió por lo bajo. Esto es algo que me encanta de ella, siempre sabe como hacer que las cosas sean más ligeras, toma todo con calma y hasta hace que los problemas parezcan divertidos.

Llegó la hora de la cena, cenamos tranquilas, y nos fuimos a acostar. Estaba exhausta. Por el vuelo, por llorar, por lo que pasó con Denise, por todo. Sentí como si estuviera sobre una nube cuando me acosté en la cama entre los almohadones y los hedredones de ceda.

Al menos estoy lejos de "los problemas".. Pero no niego que extraño la sensación de sentir el calor de su cuerpo junto al mío.

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Sam ha sido diagnosticada con el síndrome de Juslove..😰😟

No me gusta que esté así.




Querido Desconocido [Silentium II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora