Capítulo 1:
El reloj marcó las 9am. Abrí mis ojos, contemplé por unos segundos mi habitación, esperando a despertarme completamente. Giré mi cabeza y tomé mi teléfono celular en mis manos, sorprendiéndome al encontrar un mensaje sin haber sido leído.
George Shelley:
Apenas te despiertes, ven hacia mi habitación x
George Shelley era un chico que había conocido hacía tres meses exactos gracias a que su familia era la cual me había tocado en este Intercambio estudiantil que estaba haciendo, y nos habíamos vuelto buenos amigos.
Por razones personales, decidí pasar mi último año de secundaria en Londres, una ciudad maravillosa. Al ser una persona tímida y reservada, la experiencia de pasar dicho último año en un país extranjero con gente desconocida no era tan trágica como sonaba. Necesitaba nuevas experiencias, nuevos aires y nueva gente alrededor. Además, Londres había sido siempre mi ciudad soñada, y sonaba demasiado justa la propuesta de pasar un año entero allí. La única condición de mis padres para darme su permiso había sido que me quede en una casa de familia, la cual ellos ya habían tenido varias conversaciones asegurándose de que eran gente de bien y estaría segura.
A decir verdad, me encontraba bastante a gusto junto a la familia escogida y el trato que recibía había sido más que amable desde mi llegada. La familia Shelley se aseguró de que tomara mis clases con George, así no estaría sola y él me ayudaría bastante. Por suerte, él era un gran chico. Se había comportado muy bien conmigo y estaba inmensamente agradecida de cuánto había hecho por mí estos últimos meses. Me había integrado a su grupo de amigos, para que no me sienta sola y sinceramente, me sentía muy feliz de que lo haya hecho.
Mi país de residencia era Argentina. Sí, mi idioma natal era el español, pero hablaba con fluidez el inglés, ya que desde muy pequeña lo había estudiado. Era una chica diferente a todos mis ex compañeros. Supongo que ellos nunca supieron comprender mis estados de ánimo en los cuales necesitaba estar sola y escuchar música tranquila, o leer, o simplemente cuando no tenía ganas de salir, lo cual me hacía sentir fuera del grupo. De todos modos, esa es otra historia.
Suspiré y me levanté de mi cómoda cama. Tomé un vistazo en el espejo, arreglando mi cabello en un alto rodete. Luego de eso, cepillé mis dientes y me dirigí hacia la habitación de George, la cual se encontraba unos pasos hacia mi derecha. Golpeé dos veces su puerta y esperé los segundos que restaron hasta que el picaporte se movió.
-Buenos días- Dijo George con una sonrisa en su rostro y un leve aspecto de cansancio en sus ojos a la vez que me invitó a pasar.
-Buen día- Devolví su sonrisa y me senté sobre su cama- ¿A qué se debe que requieras mi presencia a esta hora?- Pregunté divertida. Él me dedicó una mirada y curvó sus labios.
-Necesitaba pedirte un favor…- Dijo caminando hacia mí y luego situándose a mi lado. Asentí con mi cabeza, dándole lugar a que continúe- El sábado es el cumpleaños de Harriett, y necesito una visión femenina que me dé su aprobación sobre el regalo.
Solté una pequeña risa, considerando cuán tierno sonaba. Harriett era su hermana menor, el sábado cumplía quince años e iban a festejar su cumpleaños con una reunión en un camping fuera de la ciudad.
-Puedes contar conmigo- Respondí.
Salimos de la casa cuarenta y cinco minutos después. Había vestido unos jeans oscuros, una delicada remera blanca con detalles bordados en color blanco también y un sweater color rosa pálido debido a que la mañana se encontraba bastante fresca.
-¿Tienes alguna idea de qué quieres regalarle?- Pregunté mientras caminábamos los pasillos del shopping. George quedó pensativo por unos segundos, mirando hacia adelante, apenas frunciendo sus cejas.
-Quiero que sea algo especial, debe ser significativo y que pueda llevar consigo- Finalmente respondió.
-¿Qué tal una cadenita? Además puedes grabarle alguna frase en ella si es que quieres- Sugerí. Al parecer, le gustó la idea.
Nos dirigimos hacia un local de joyas, en el cual estuvimos treinta minutos mirando diferentes modelos de las mismas.
Finalmente, elegimos una que tenía una piedra preciosa en color verde esmeralda, el cual era el favorito de Harriett, y se veía muy delicada. Era un poco costosa, pero merecía su valor. Satisfechos con la elección, salimos del local y nos dirigimos hacia el segundo piso. Sorprendentemente, habíamos encontrado lo que fuimos a buscar bastante rápido, así que nos sobró tiempo para recorrer algunas tiendas.
Aproveché y le compré a Harriett un lindo vestido color salmón como su regalo de parte mía. Y de paso, compré un par de nuevos ítems para mi guardarropa.
-¿Te apetece Starbucks?- George preguntó- Hemos salido tan temprano que no tuvimos tiempo de desayunar, yo invito.
-Suena bien- Respondí con una sonrisa.
Caminamos hacia el local, ordenamos nuestras bebidas y compramos un muffin de chispas de chocolate para cada uno. Decidimos sentarnos en una mesa de dos que se encontraba en una esquina, al final del local. Comenzamos a hablar mientras desayunábamos, riéndonos de cosas sin sentido.
Cuando por alguna razón, decidimos consultar la hora. Había pasado una hora y media y ya era hora de volver a casa. El tiempo pasaba muy rápido con George. La comunicación con el solía ser natural y de alguna manera, me sentía cómoda a su lado, a pesar de haberlo conocido por tan poco tiempo. Era una persona que podría sacarte una sonrisa en tu peor estado, y el brillo de sus hermosos ojos color miel transmitía paz. Me sentía muy feliz de haber establecido una relación de amistad con él y agradecida de tener a alguien a quien confiarle mis cosas.
Estos tres meses habían sido estupendos y deseaba que el tiempo pudiera estancarse en ese presente y que el 2015 nunca llegara. Definitivamente sería duro volver a mi país, luego de un año junto a estas personas.
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Dani♥ - A medida que la fic vaya avanzando se va a poner mas interesante. I promise. Dejen sus comentarios.