La Saga de los Inus: Libro uno #FS2017

Federer, la joven parrel

Habían pasado casi más de 400 años desde que Naseradem le había declarado la guerra a las otras tres naciones y Nashanan era la única que seguía en armas. El norte había preferido refugiarse y brindar al sur muchas de sus ciudades como puestos de ataque contra Nasilak y Nashanan. Nasilak prefirió hacer alianzas matrimoniales con varios de sus habitantes más prominentes y ceder sus minas y mares. Nasedarem había sido fundado por guerreros y naturalmente habían optado por una forma de educación militar para sus habitantes y sus líderes eran famosos por ser soberbios y crueles.

Los últimos 5 parrel (reyes y reinas) de Nashanan se habían reusado a ceder parte de su territorio, formar alianzas, dar tributos o cualquier cosa que implicara ponerse de rodillas con Naseradem. Pero los líderes de Nashanan estaban en desventaja, jamás estuvieron en batalla y tampoco sabía planificar una, por lo que casi todos sus intentos de defensa siempre eran un fracaso, además de que los parrel preferían ir a la guerra y estar en los frentes de batalla, así difícilmente llegaban a ser adultos mayores y casi siempre ascendían al trono muy jóvenes, sin siquiera saber usar un arma.

La reina Senka tampoco era la excepción, iba a casi todas las batallas a pesar de su joven edad, tenía apenas 20 años de haber ascendido al trono (7 años humanos), lo que la hacía muy inexperta en cualquier asunto diplomático y sus habilidades con las armas tampoco eran las mejores. Además tenía a su pequeña hija, la princesa Federer que siempre mantenía a su lado, con el temor de jamás volver a verla. Confiaba en que su esposa Tou estuviera a lado de Federer siempre, pero Tou ocupaba su lugar en los departamentos del gobierno siempre que Senka se ausentaba. Ambas reinas trataban de estar siempre con su hija, la llevaban a las reuniones con los líderes de todos los departamentos, provincias, pueblos y grupos de defensas. Por las tardes trataban de enseñar a Federer a luchar, pero casi no servía de mucho pues Federer apenas podía sostener las dagas en sus pequeñas manos.

Un día todo cambio para los Nashanianos y Federer al enterarse de que Senka había muerto en una confrontación con un grupo de ladrones del sur que estaban saqueando sus bosques. Federer lloro la muerte de su madre por días, no quería comer o estudiar y no dejaba que su madre Tou se alejara. La situación se volvía cada vez más preocupante, ya casi no quedaban soldados de Nashanan y el sur comenzaba a ubicar sus aldeas más cerca del este, también el alimento se volvía más restringido, casi no habían Nashanianos adultos, había mucha orfandad, ahora incluida la misma princesa Federer. Los que pasaban hambre y sed trataban de encontrar consuelo en los palacios de los departamentos de gobierno o en las casas de los nobles, pero siempre encontraban las puertas cerradas. Sin fondos para el campo y el ganado, la gente muriendo y un ejército casi extinto, muchos veían eso como el fin de Nashanan, si Federer moría entonces la casa Hanan quedaría extinta para siempre.

Fue así como la reina Tou decidió que Federer fuera educada por los grandes sabios y los mejores militares, artistas, paisajistas, exploradores, agricultores, mineros, comerciantes pescadores y educadores de Nashanan, trató de darle a Federer una educación privilegiada aun en tiempos de guerra, pues sabía que su hija heredaría un reino en ruinas y al borde de la extinción, tenía que encontrar la forma de salvar el legado de su esposa y el futuro de su hija al mismo tiempo. Así fue como Federer fue educada con su arma favorita en mano, leyendo a los grandes escritores de periodos pasados, aprendiendo cada detalle topológico de su reino, conociendo qué terrenos eran adecuados para la siembra de varios alimentos, dónde es que estaban los principales centros de pesca, cómo hacer túneles de exploración, aprendió a controlar el agua (el elemento con el que había hecho un contrato), cómo debía de comportarse en sociedad para hacer tratos con otras personas, etc. Sin embargo, la reina Tou también falleció poco tiempo después a manos del príncipe de Naseradem en una batalla en la frontera.