XIII

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Nota de la autora:

¡Perdonad porque hayamos cambiado el capítulo! Pero ha habido un error y hemos subido el que no era. ¡Lo sentimos! 



Con Aline me lo pasaba muy bien, era feliz, pero de vez en cuando aparecía el vacío, ese vacío que me decía que no era la indicada, que me faltaba algo. Y como no, ese algo, era Janett. Pero aprendería a ser feliz con Aline, era muy buena chica y se merecía mi cariño.

Después de las vacaciones de Navidad, la bundesliga volvía y por supuesto, Aline y yo volvimos a Dortmund.

Había descubierto mucho sobre ella. Trabajaba en una tienda de ropa, pero estaba estudiando para ser profesora, le encantaban los niños; tenía 23 años y le encantaba el fútbol así que era una de las pasiones que compartíamos. También, había sabido que era alemana, pero tenía raíces noruegas por eso eran tan rubia con ojos azules.

Narra Janett:

Lukasz y yo habíamos vuelto de vacaciones, la bundesliga comenzaba y con ello los entrenamientos y volver a tratar a los lesionados.

-¿Qué tal, Erik?- Pregunté.

-Bien, Janett. Solo que he notado unas pequeñas molestias en el tobillo durante estas vacaciones.

-Pues vamos a ver ese tobillo.- Sonreí.

Después de revisar a Erik, le dije que no era nada, que tan solo buena alimentación y calentar muy bien antes de cualquier esfuerzo.

-Janett... Yo...

-Dime, Erik.- Sonreí.

Parecía nervioso.

-Quizás debas hablar con Sokratis.

-¿Por qué? ¿Acaso él quiere? He oído que tiene nueva novia.

Erik rio.

-Estás celosa.

-No, no lo estoy porque tengo novio.

-Tú me has saltado con su novia cuando yo solo lo decía porque eráis muy amigos y os habéis distanciado. ¿No crees que eso le habrá molestado?

Me quedé callada mientras que vi marcharse a Erik con una sonrisa de oreja a oreja.

Quizás tenía razón, debería arreglar las cosas con Sokratis.

Sin embargo, salí a buscar a Lukasz porque era la hora de comer y quería que comiéramos juntos.

Me estampé con alguien en el pasillo y me caí al suelo, me llevé un buen golpe en el trasero al caerme.

-¿Estás bien?- Me preguntó una voz que reconocería en cualquier parte del mundo.

-Sí, gracias, griego.- Sonreí.- ¿Te has hecho daño?- Me preocupé.

-No, creo que todo el golpe te lo has llevado tú.- Rio él.

Parecía feliz.

No quería arruinar su relación.

-Oye, ¿qué tal todo?- Pregunté curiosa.

-Oh, bien. Tengo novia.- Sonrió.

-Me alegro, Sokratis. Yo he empezado algo con Lukasz.

-Que os vaya genial entonces.

El griego me dio dos besos y se marchó casi dando saltos de alegría. Finalmente, vi como besaba a su nueva novia al final del pasillo. Seguro vino a buscarle.

-¿Nos vamos?- Preguntó Lukasz, el cual apareció de repente.

-Sí.- Sonreí un poco sonrojado.

Nos tomamos de la mano y salimos riendo del edificio.

-¿A dónde quieres ir?

-Me da igual.

-Mejor en casa.- Me guiñó un ojo el polaco.

Entramos a casa toqueteándonos y besándonos. Lukasz con su espectacular fuerza me cogió y me sentó en la mesa del salón para empezar a quitarme la ropa.

-Me vuelves loco, Janett...joder.-Jadeó.

Me quitó la ropa con rapidez y se puso entre mis piernas para besarme el cuerpo. Yo acaricié su espalda y su cuerpo mientras saboreaba sus labios.

Bajó por mi cuerpo, chupando mis pechos y besando mi abdomen. Bajó la última prenda que llevaba y observó lo excitada que estaba.

-Te voy a hacer tocar el cielo, preciosa.

El fin de semana transcurrió tranquilo mientras Lukasz estaba en Polonia reunido con la selección. Yo aproveché para salir con mis amigas y ponernos al día de cosas.

Recorrimos el centro y fuimos al centro comercial para ver libros, ropa...etc.

-¿Y qué tal con Lukasz tía?

-Ay...-Sonreí-Genial tía, es tan mono...

-Estás pillada, eh.

-No sé...me gusta estar con él, y a la vez me da tanta pena.

-¿Por?

-No tuvo una infancia fácil, su madre no le prestó atención, su padre fue un borracho...en fin.

-Pobrecito...

-Sí...

Seguimos recorriendo la tienda y yo le compré algunas cosillas a Lukasz para darle la sorpresa. Al salir, nos encontramos con Aline y su grupo de amigas.

-Pero mira a quien tenemos aquí...-Se rio Aline.

Yo la miré extrañada y mis amigas también.

-¿Tienes algún problema conmigo?

-Ay mi amor contigo muchos, ¿sabes?

-Mmmm...Pues nunca hemos hablado para que tengamos problemas tú y yo.

-¿Sabes? No me gusta que le zorreen a mi novio.

-¿Perdón?

Se acercó a mí y me agarró del brazo.

-No te acerques a Sokratis, lo único que le haces es daño, ¿me oíste? Está conmigo.

Pasó por mi lado y me empujó. Yo me la quedé mirando extrañada mientras ella se alejaba.

Pasada la tarde llegué a casa y llamé a Sokratis preocupada mientras pensaba en lo que pasó esta tarde.

-¿Sí?

-Buenas Griego.

-Hola.

-¿Puedes...hablar?

-Sí.

Vaya, que serio.

-Me he encontrado con Aline y me ha llamado zorra además de decirme que solo te hago daño, y me gustaría que me explicases eso.

-No sé, yo no le he dicho nada de ti, eso lo hablas con ella.

-Me parece que lo tengo que hablar contigo.

-Me parece que no.

-Sokratis, explícame qué pasa.

-Janett, háblalo con ella, a mí no me cuentes historias.

¿Qué?

Colgó.

Me quedé mirando el teléfono sorprendida.

Sweet lightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora