*Once de Marzo del Dos Mil Dieciséis*
Mis lágrimas caían a la almohada, la única que podía consolarme en esos momentos, porque la otra persona que podría hacerlo era la misma que me hace sufrir ahora, la misma que me hacía sentir ahogada en mis propias lágrimas, ahogada en tristeza, ahogada en recuerdos..., ahogada en amor.
En mi mente solo estaba esa última noche.
Donde nos encontrábamos en la última cita, ambos lo sabíamos, pero no dijimos nada, hablábamos como si no pasara nada, en el mejor restaurante de la ciudad, yo estaba vestida con un lindo vestido corto azul, él me lo había regalado en uno de mis cumpleaños, y él usaba la corbata que le regalé en nuestro 3er aniversario, cuando todo estaba bien.
Casi sentí que la acalorada conversación del día anterior no sucedió, que era otra cita más, de las muchas anteriores, pero en mi mente permanecía el pensamiento molesto y doloroso de "disfrútalo, es lo último, ya se termino", y de seguro él tenía algo parecido, porque sin importar como intentaremos romper con la tensión entre ambos, siempre regresaba.
Al final, yo esperaba despedirme de un beso, un cálido beso en los labios, el último, la despedida, pero solo no supo qué hacer, lo veía en su mirada, lo conocía a la perfección, solo me miró afligido y asintió la cabeza para despedirse, dio media vuelta y se dirigió a su automóvil. Sentí un nudo en la garganta que aguante todo el camino a mi casa en un taxi, ni siquiera se dignó a traerme, ni un abrazo, ni un beso el la mejilla por lo menos, solo una mirada, ¿es todo lo que merezco por los 4 años de relación?
Y ahí me encontraba yo, llorando, ya casi no me salían lágrimas, había llorado todo ayer diez de marzo, después de la conversación que causo esto, cuando él me confesó que estaba enamorado de otra chica, que luchó para evitar esos sentimientos, pero que no pudo contra ellos.
-¿Cuando comenzó todo? - había preguntado esa noche, mientras caían las lágrimas en mis labios.
-Hace un año, cuando me metí a trabajar a la empresa, a la que me ayudaste a entrar - dijo mientras una lágrima recorría su mejilla y miraba hacia abajo.
-¡¿Llevas un año enamorado de otra chica?! - pregunte furiosa - ¿Por qué seguiste con esto? ¿Por qué me hiciste esto Matías?
-¡No! la conozco desde hace un año, fuimos amigos, hasta que...
-Hasta que te enamoraste y me olvidaste.
-Hasta que ella me confeso lo que sentía, y que se iría porque no quería interferir entre nosotros - se detuvo un segundo - pero yo no la deje, tenía que ser sincero y decirle que yo también sentía algo por ella, pero que tenía que hablar contigo, no podía engañarte, tú no te mereces eso. Las cosas solo sucedieron Escar, uno no elige de quien se enamora.
-Pero si puedes elegir no hacerlo en día de nuestro 4to aniversario - me di cuenta que la caja que tenía en mi mano estaba deformada, la abrí y el reloj que le pensaba regalar lo lance al suelo, se rompió el cristal, pero no me importó.
-Sí - suspiró - pero sentí que no podía seguir así.
-Te amo - todas mis lágrimas se escaparon de mis ojos.
-Lo sé. Es lo que más me duele.
***
Salí de su departamento, en donde había preparado una deliciosa cena, para celebrar el aniversario, pero obvio no se pudo hacer.
Después de pensarlo mucho durante la mañana de ese 11 de marzo le hable y le propuse tener una última cita esa misma noche, no para arreglar las cosas, solo para despedirse, para terminar de la mejor manera posible, "lo necesito" fue lo que le dije, y con eso acepto.
No sé si fue la mejor decisión, pero ya no importa, ahora solo puedo pensar que mientras en este año él cada vez estaba menos enamorado de mí, yo cada día me volvía más loca de amor por él, y por eso me siento ahogada, y que ya no tengo un salvavidas.
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Con & Sin Ti
Teen FictionDespués de 4 años contigo, es hora de aprender a vivir por mi. Aunque es complicado olvidarte, lo intentaré. Aunque es difícil no pensar en ti, ya no lo haré. Aunque es duro verte con ella, lo aceptaré. Aunque es imposible no amarte, te su...