Elijah estaba parado en el umbral de la habitación de su hermano menor, observando con detenimiento sus actos. El híbrido estaba con la mirada perdida mientras observaba con detenimiento a través de la ventana, la cual daba una asombrosa vista de Nueva Orleans.
-¿Estás bien, hermano?- preguntó el mayor un poco dudoso.
-¿Por qué no lo estaría?- dijo a modo de respuesta.
-Hace una semana que enviaste esa carta, creo que es tiempo de seguir adelante.
Elijah y él habían hablado desde hace un mes sobre moverse a otra ciudad junto con su hermana Rebekah, Freya y Kol. Pero a pesar de lo mucho que Klaus quisiera avanzar junto con su familia, no podía hacerlo sin ver o hablar con Caroline otra vez; así que ambos decidieron dar un ultimátum.
Si Klaus no recibía siquiera una llamada de regreso, se irían y no volverían en cientos de años, olvidarían y seguirían. Si eso era posible, claro.
Klaus dio un leve suspiro y se dio la vuelta para mirar cara a cara a su hermano.
-Tienes razón, Elijah. Mañana partimos.- el mayor no supo decir si su hermano sonaba más decepcionado que feliz - Pero primero tengo que despedirme de uno de mis lugares favoritos de Nueva Orleans.
Después de pronunciar esas palabras, Klaus pasó a su hermano de largo y se dirigió al bar.
[...]
No era su intención embriagarse, pero a decir verdad comenzaba a perder la cuanta de los tragos que llevaba, los cuales consumía sin siquiera darse cuanta, estaba completamente sumergido en sus propios pensamientos.
Sabía que tal vez Caroline no se presentara por la simple razón de que tal vez ella aún estaba en un lapso de superar todo lo que había sucedido con su esposo, Stefan. Esa clase de cosas siempre son una carga doble, son cosas que no puedes superar de un día para el otro, sobretodo si eres inmortal.
O eso creía.
No pudo evitar no sentir como el corazón se le aceleraba al sentir una incesante mirada detrás de él. Sonrió y se dio la vuelta despacio.
-Klaus...
Caroline estaba de pie justo detrás suyo, tan bella y radiante como siempre, con una enorme sonrisa de lado a lado plantada en su rostro.
-Hola, amor.
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