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Hola, esta es mi primer historia en Wattpad. No puse una descripción muy profunda ya que todavía está en proceso y ni siquiera yo sé que va a pasar con los personajes. Si tienen alguna duda o algo que quieran sugerir: bienvenidos sean. Bueno, eso es todo. Espero que disfruten leer la novela tanto como yo disfruto el escribirla.
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Erica corre en un gran jardín con miles de flores. Todas diferentes. Sebastián la persigue. Se oye el sonido de un arroyo cercano. Elena, recostada en una manta sobre el césped, ríe y escucha a su madre llamarlos para avisarles que el almuerzo está listo. Mira el reloj en su pequeña muñeca: las doce del mediodía. Lástima que dentro de unas horas tendrían que volver a su hogar en la ciudad, luego de un fin de semana en familia maravilloso.
Rebeca nunca se retrasa si se trata de la comida, cuando conoció a su esposo, estaba haciendo un curso de cocina y había conseguido un puesto de trabajo en una cafetería. Le encantaba... Ahí fue cuando apareció Sebastián, y tuvo que dejar su trabajo para convertirse en ama de casa a tiempo completo. Y aunque nunca se arrepentió de nada, no han faltado esos días en los que pensaba qué habría sido de su vida si hubiese seguido trabajando en ese lugar. Daniel, su esposo, al enterarse de la llegada de su primer hijo, consiguió un trabajo como ayudante en una comisaria, en el cual le pagaban una miseria, pero que alcanzaba cubrir los gastos de su pequeña familia. Dos años después consiguió un ascenso, y en la cena, su mujer le reveló el embarazo de Elena. Tres años más tarde, la historia se repitió, solo que con Erica, la más pequeña y por eso, la más consentida de la familia.

Alejandro abre la puerta lentamente  y entra en la habitación, lo primero que hace es buscar un interruptor que encienda la luz. Cuando no logra su cometido se dirige directamente hacía la ventana y la abre de par en par de un tirón, iluminando la habitación por completo, y en ese instante grita:
-Arriba, Pablo. ¿O piensas quedarte todo el día en la cama?
Su amigo lentamente se incorpora, tapandose la cara para que el sol no le moleste.
-¿Qué haces aquí y quién demonios te dejó entrar? -pregunta con la voz ronca.
-¿Es que acaso no puedo visitar a mi mejor amigo en su casa?
-Si que lo puedes hacer, ¡pero no tan temprano, joder!
-¿Temprano? ¿Estás de broma? ¡Es la una del mediodía! Levántate, hermano. Te tengo una noticia.
-No me interesa tu noticia.
-Bueno, ahora si -dijo con una emoción que Pablo nunca había logrado tener a esa hora-. Programa en tu agenda una pelea está noche. Acaba de llamarme Sergio y me ha dicho que nos espera en el edificio del centro...
-¿El de las paderes negras? -interrumpe su amigo.
-Si, exactamente ese, pero déjame continuar -habla el moreno, tratando de fingir estar molesto. El otro chico aún adormilado asiente-. Es a medianoche. Pelearás contra El Sico, casi todas las apuestas están hechas en ti, así que debes dejar que te dé unos buenos golpes antes de atacarlo. Hay que dar un buen espectáculo, ¿no crees?
El chico asiente nuevamente apenas logrando entender lo que le explica su amigo. No puede creer que le hayan conseguido una pelea contra El Sico, hubo una época en la que era bueno (de hecho era el mejor, siempre que peleaba, ganaba) pero desde que conoció a una tía y quedó embobado con ella, empezó a alejarse de las peleas clandestinas, y hasta ahora las pocas veces que ha peleado, ha perdido. Pero no por pelear mal, sino que se encuentra muy distraido y es por eso que la gente no pierde la esperanza de que algún día volverá a luchar como solía hacerlo.
-Claro, ya vete. Lo único que quiero hacer ahora es dormir.
Ale, sabiendo que lo mejor sería no insistirle más tan "temprano", decide dar vueltas por la ciudad y tal vez visitar a uno que otro conocido, esperando con ansias que la noche llegara para poder ver a Pablo en acción, como el suele decir. Sale del edificio en el que su mejor amigo de la vida ahora debe estar durmiendo nuevamente, sube a su motocicleta negra y acelera, pensando que, a veces desearía poder pelear en un ring, aunque sea uno improvisado, como él, pero al recordar los golpes que el otro podía apenas esquivar, se da cuenta de que el no podría hacerlo. Dobla por una avenida y, zigzagueando los autos, se pierde entre ellos.

En un gran parque cerca de ahí, dos chicas sentadas en un banco hablan mientras terminan de tomar un helado tratando de no ensuciarse.
-¿De verdad crees que Venecia puede ser más bonito que Roma?
-Claro, siempre quise pasear en los famosos canales de noche, con algún chico especial y que vayamos tomados de la mano y de pronto el me mire a los ojos y...
Clara lanza un suspiro y mira esperanzada el cielo. Siempre ha soñado en conocer a un chico especial y diferente a los cretinos con los que ha salido. De pronto vuelve a la realidad cuando su hermana le habla tratando de guardar una risita que esta a punto de salir de sus labios.
-Deja de soñar en voz alta.
-Es que no lo puedo evitar, Cam. Soy una romántica empedernida.- dice con una mueca graciosa.- Además estoy tan celosa de ti. Matt te adora. Tienes tanta suerte de haberlo encontrado.
Camila mira a su hermana, siente tanto amor por ella que no quiere que nadie la lastime, y aunque son gemelas, Clara siempre ha sido la mas inocente de las dos. Piensa que siempre que un chico la invita a alguna cita o algo parecido, no deja de hablarle ilusionada de él, hasta que unos días después la llama por teléfono llorando y pidiéndole consejos para superarlos. Pobre Clara. Tratando de cambiar el rumbo del tema, añade:
-Escucha, Clari, hoy habrá una pelea en el centro, Matt me llamó hace unas horas para invitarme, el dice que no habrá ningún problema. ¿Quieres venir conmigo? - y al darse cuenta de que su hermana estaba fabricando una mueca de disgusto en su pálida cara, agregó-  por favor, no quiero ir sola. Sabes que esas cosas no me convencen mucho, pero Matt cada vez pelea menos y eso me hace creer que es por mí. Por favor, acompáñame.
Clara, al ver una pequeña chispa de ilusión en los ojos claros de su hermana, asiente con la cabeza. Nunca la ha visto tan enamorada de alguien y eso la pone muy feliz. Camila siempre ha sido la más cerrada de las dos.
-Está bien, pero tendremos que volver temprano. Mañana tengo que ir a trabajar a las ocho.
-Hecho. -Camila dice rápidamente con una sonrisa casi mas grande que su cara y agrega- Además, si tu vas estaré mas distraida y no tendré tiempo de imaginar que alguien golpea a Matti tan fuerte que pueda causarle alguna herida grave o algo parecido. El me dice antes de cada pelea que me tranquilice, que nada malo le va a pasar, pero nunca puedo dejar de preocuparme del todo.
-La verdad es que no puedo creer que salgas con un tipo así, no creí que él fuese de tu tipo, pero si te hace feliz está bien por mi. Aunque si te llega a hacer daño, ni todas las peleas que ha tenido en su vida podrán prepararlo para lo que le haré yo.
Ambas hermanas ríen sabiendo que esa promesa quedará en el aire, ya que Matías es un buen tipo y esta tan enamorado de Camila que haría hasta lo imposible para que ella este bien y feliz. En ese momento, un chico que pasa trotando las observa y les lanza una mirada que las hacen reír aún más fuerte.

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⏰ Última actualización: Mar 25, 2017 ⏰

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