Me he dado cuenta de que no soy tu chica.
No soy por aquella que te partirías la boca si hiciese falta, y si no la hiciese también.
No soy por la que darías tu risa, ni menos aún tus llantos.
No soy a la que miras y se te olvida el mundo por el simple echo de serlo yo.
No soy la que está en tus ronroneos a media luz, ni tampoco en tu cabeza cuando levantas.
Soy aquella que siempre está, pero no quieres.
Aquella a la que quieres ver, pero no necesitas verla.
No soy tu cielo ni estrella ni constelación.
Soy poco más de lo que quieres y menos aún de lo que te quiero yo.