08. El Mejor de Todos

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Aquí yace Dobby un elfo Libre.

Lily sonrió, las flores estaban frescas, significaba que su padre las había puesto, pero no le importó, de todos modos colocó las que ella tenía en los brazos, se sentía tonta de llevar flores a la tumba de un elfo doméstico, que para terminar el caso, nunca pudo conocer, pero aun así, sabía que le debía todo lo que era, ya que sin él, las cosas hubiesen terminado de una manera completamente diferente, y cada que tenía problemas con ella misma, cuando no sabía que significaba ser Lily Luna Potter. Iba a ese sitio, a la tumba de ese elfo doméstico que le recordaba el sentido de su vida, y el sentido de todo lo demás que la rodeaba, incluso con tantos años muerto, seguía ayudando a los Potter.

—Sabía que aquí te encontraría –Lily asintió al escuchar la voz de su padre, él se acercó a ella y la sujetó del hombro.

—Me gusta venir aquí, al inicio, cuando nos contaste la historia de Dobby, sentí curiosidad, y cada que veníamos aquí, todos veníamos por simple curiosidad de niños tontos que no pueden comprender el significado de los sacrificios, elegiste un buen sitio para él, papá –sonrió y las lágrimas descendieron por sus mejillas.

—No llores, cariño –le pidió y limpió sus lágrimas, como muchas veces lo había hecho en el pasado.

—Lo siento, en verdad que lo siento –sonrió.

—Dobby tiene un obsequio para ti –le otorgó una sonrisa su padre y la tomó de la mano, entrelazando sus dedos, como cuando era niña.

—Vaya, Dobby, te luces conmigo siempre –sonrió y limpió las lágrimas nuevas.

Caminaron hasta la pequeña casa, en el interior había risas divertidas, una completa algarabía, y no entendía completamente a qué se debía.

Entraron juntos a la casa, las conchas en las paredes era algo que no pasaban desapercibidas para ella en ningún momento.

—Lily –habló su tío Bill con una sonrisa –me alegra verte, tu padre me sorprendió cuando se apareció diciendo que si estabas aquí, ni siquiera sabía que habías vuelto.

—Bueno, es que... el trabajo había terminado, así que le pregunté a Rolf si le enfadaba mucho que regresara a casa, me dijo que Lysander y Lorcan se encargarían de todo lo demás, que podría volver... pero... hace dos años que no paso por aquí, así que... lo primero que quise hacer fue venir a dejar flores en la tumba de Dobby.

—Ese elfo tiene más suerte que los chicos, y eso que tiene muchos años muerto –se burló Fleur.

—Bueno, salvó la vida de mi padre, y con eso se aseguró de que mis hermanos y yo estemos aquí.

—Entonces sí que le debemos demasiado –pronunció Teddy haciéndola saltar –hola, Lily.

—Papá –murmuró observando a Harry.

—Bueno, sé lo mucho que se adoran, y sé que hace dos años que no se ven, así que... aprovechando que cuando me aparecí aquí, preocupado porque no llegaras a casa como lo prometiste, y vi a Teddy, supuse que no podrías irte a casa directamente, aunque claro... sin duda Teddy irá a casa a cenar alguna vez ¿cierto?

—Sí, supongo que si –se encogió de hombros observando a Lily.

—Suena bien, deberías avisarme que día irá, para así no aparecerme por la casa –observó a sus tíos y les sonrió –nos veremos después –se giró hasta Teddy –adiós –dijo en un tono seco y se giró hasta la puerta –te esperaré en la tumba de Dobby, papá, cuando desees irte, claro.

—Lily –la reprendió su padre pero prefirió ignorarlo.

Lily se sentó frente a la tumba, con la mente completamente en blanco, necesitaba tranquilizarse, porque no quería hacer una tontería.

Wildest Dreams [Teddy & Lily]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora