Capitulo 1

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Veía esas horribles imágenes, grabadas en mi memoria desde aquella noche, en la que todo mi mundo cambio. Aun recordaba la figura de mi madre hincada frente mío, el sonido del disparo retumbando en mis oídos y la sangre que cubría los cuerpos de toda mi familia; Exterminada por esa gente.

¿Y todo por qué?

Porque nos tenían miedo... al ser diferentes. Siendo una especie varios peldaños arriba de las 8 razas existentes, teníamos el poder y la fuerza necesaria para deshacernos de ellos pero aun así no nos defendíamos, simplemente no dejábamos masacrar por ellos, los humanos, una raza primitiva y violenta que le teme a lo que desconoce y por lo tanto simplemente lo elimina. Poco a poco los míos fueron extinguiéndose, mientras que éramos desplazados de nuestro propio reino hasta desaparecer, ellos tomaban lo que alguna vez nos perteneció.

Tras un fuerte abrir de mis ojos, me incorpore sudando y suspirando desenfrenadamente. La recurrente pesadilla que me acosaba desde aquella noche en la cual fueron grabados en mi memoria esos recuerdos. Al mirar despistadamente la fogata que me había improvisado, ya hacia un tiempo, decidí alimentarla y ver como los troncos ardía lentamente dándole calor a mi desmesurado cuerpo. Una gran sensación de calma invadió mi cuerpo y un ligero movimiento mío me hiso sentir la fría tierra que ya hacia debajo de mí: rasposa, dura y granulada. Los pensamientos seguían girando alrededor de mi cabeza, sumiéndome de nuevo en aquella calma, hasta el punto de sentir mis ojos pesados y quedarme dormido en medio de un oscuro bosque de árboles tan altos que bastaban para esconderme de cualquier humano que pueda toparse accidentalmente conmigo.

La mañana resplandeció en mi cara al punto de resultar molesto y despertarme de mi sueño, mire a mi alrededor intentado recordar en donde me encontraba, cosa que al breve tiempo conseguí. Tiempo después me encontré sentado a la orilla de un transparente y fresco rio con la vista perdida en mi reflejo, odiaba esta forma pero era necesaria para sobrevivir, la mirada se desvió hacia mi mano para observar mientras acariciaba con el pulgar los broches que sostenía en la palma de mi mano, me traían nostalgia de lo que alguna vez fue y de lo que nunca más será. Lo siguiente que hice al levantarme fue ver las necesidades que me aquejaban en el momento y lo que necesitaría para "ella" así que opte por dirigirme al pueblo humano cercano al bosque; Ese lugar me daba inseguridad, su aroma era pútrido, repleto de su esencia, el caminar por aquellas calles de piedra, atestadas de gente, un lugar en el que podías ver parte de su verdadera naturaleza, su gran clasismo y marginación de sus semejantes, simplemente era asqueroso y vomitivo.

La discreción ocupaba mi prioridad, la gente humana me miraba raro... como si de un bicho raro se tratase. Seguí caminando por esas atestadas calles comprando lo más fugazmente posible lo que necesitaba para sobrevivir un tiempo, ya sea carne, vegetales e incluso objetos para uso medicinal. La vida que llevaba no era lo que cualquier persona de mi edad debía afrontar, pero la triste realidad era que estaba solo y tenía a alguien bajo mi manto, a quien no podía abandonar por lo que no podía desperdiciar tiempo por lo que me retire de ese lugar, me traía tristeza el tener que dejar el pueblo de una manera tan rastrera, este terreno era nuestro y nos fue arrebatado.


Durante mi retirada hacia la salida de aquel pequeño pueblo me vi obligado a tener que volver a pasar por la muchedumbre, no desaprovecharía la oportunidad así que al pasar entre la gente, usaba las habilidades que mis duros años me habían otorgado para robar todo lo que mi mano alcanzara, el costearme costearme lo que necesitaba era imposible si no utilizaba este método, me negaba profundamente a trabajar para alguno de esos cerdos de 2 patas. En ese momento algo llamo mi atención, en la lejanía, dos mujeres caminaban despreocupadamente, una con menor edad que la otra pero ambas con vestimentas que denotaban el que no eran de por aquí y una de ellas portaba una armadura de cuerpo completo, mis sentidos se afilaron y mis músculos se relajaron así que me les quede examinando por un tiempo más y pude vislumbrar 2 pequeñas bolsas de tela, mis oídos captaban el titileo de pequeños trozos metálicos chocando entre sí por lo que pensé en una sola cosa...,!!! Oro¡¡¡¡ No lo pensé 2 veces y me cubrí lo más posible con la túnica desgastada que llevaba, agache la cabeza y dirigir mi avance hacia ellas, mis manos entrenadas hicieron su trabajo así que ni cuenta se dieron cuando, con un veloz movimiento, tome las 2 bolsas de oro y me aleje lo más rápido posible de ellas intentando tomar la mayor cantidad de distancia posible para evitar topármelas otra vez.

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2017 ⏰

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