Ella leía, le gustaba leer, no cualquier libro, solo fantasía. Le gustaba escaparse de su alrededor un momento e imaginar todo lo que no se podía ver...
-Mamá, ¿es verdad que hay lobos en el bosque?- preguntó la niña al terminar de leer Caperucita roja.
-Sí, por eso nunca debes ir ahí, es un lugar horrible- dijo su madre con la voz apagada.
Solo son árboles, ¿no?, ¿Qué tienen de malo los árboles? Cuando sea grande saldré y exploraré... ¡Sí! Seré exploradora de bosques y escribiré acerca de eso... ¡Seré una gran... !
Pero su madre interrumpió sus pensamientos:
-Ya no pienses en eso ¿si? Aún eres muy pequeña- e hizo una seña diminuta con sus dedos mientras sentaba a la futura exploradora en sus piernas -Cuando seas grande hablaremos de eso- dijo y la niña asintió confiando en que así sería.
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¿Qué hay en el bosque?
Fantasy-Mamá, ¿puedo entrar a el bosque? -¿Para qué? Es muy obscuro, seguro te perderás.. -Pero... Vi algo... Su madre abrió mucho los ojos y le aseguró a la pequeña que nunca volverían a tener esa conversación, jamás...