Destino

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Si usted ama, no es ese amor lo que forma parte de su destino: es la conciencia de usted misma que usted habrá encontrado en el fondo de ese amor lo que modificará su vida.

Lord Byron

Primera Parte: Elecciones  

A veces me pongo a pensar qué va a ser de mi vida; cómo terminará; cuándo y si es que habrá alguna razón. Pero hoy es un día nublado, por lo que tal vez deje de hacerme esas preguntas. Es inusual este clima en mi pueblo, James City, al Sur de Virginia, uno de los condados más pequeños de los Estados Unidos.

-¿Tabitha, puedes abrir la puerta?- mi madre se había tardado en pedírmelo, pues ya me había adelantado. La abrí delicadamente y reconocí el rostro de Aaron, aunque fue un poco difícil. Su cabello castaño con rulos bien cuidados similares al oro eran una maraña de pelo, como si un animal lo hubiera atacado; su piel rosada cuan amanecer era pálida, al igual que la niebla; y sus ojos, verdes como el océano, se tornaron negros, como la oscura e inmensa noche.

-Tabi- dijo con alivio y me abrazó, aunque estaba un poco confundida por la forma en que lo hizo- Hoy pasará algo - me miró seriamente- Sabes muy bien que la última vez que el cielo se nubló fue la vez que....

-Lo sé- dije con un hilo de voz- Ya lo sé...- y no necesitaba que me lo recuerde.

Bajé mi rostro, pero sentí como las manos de Aaron lo tomaron, y al mirarlo fijamente, su cara había cambiado, pues ahora se podía ver su timidez y dulzura habituales.

-Lo solucionaremos, sea lo que sea, pues sabes muy bien que hoy la Orden se reunirá a la medianoche. Hoy es Tú noche- su tono de voz cambió, y yo sabía por qué. Esa noche tendría que elegir entre todos los Telems hombres a mi compañero para toda la vida, o sea la eternidad. Esto le preocupaba a Aaron, no por celos ni nada parecido, sino porque así comenzó la última vez que una Telem había elegido a su compañero, con un día nublado.

Esa Telem era mi hermana, Keila, al elegir al atormentado chico que hubiera sido mi cuñado. Ella era una Telem blanca, al igual que él, por lo tanto ambos controlaban el aire. Aquel mismo día, apenas unas horas después de haberlo elegido, ella se desmayó, y al despertar, había perdido su Telem interior, la fuente de su espíritu y alma. Pasaron los días y ella seguía agonizando, pues para ella su Telem lo era todo. Ni siquiera en los brazos de Aaron era feliz porque sabía que él la vería morir en unos cuantos años: Ella le temía a la muerte. Pero pasados seis meses, desapareció. La buscamos, pero no la encontramos, hasta que cuando Aaron se iba a rendir, Keila apareció. La descripción del rostro de él era imposible, pues se notaba que era un sentimiento mayor a la felicidad, así que corrió a abrazarla, pero solo la traspasó. En ese momento todos nos dimos cuenta que en realidad no era ella, sino su Telem. Fue un suceso poco común, porque cuando un Telem fantasma, osea un Telem interior, se aparece delante de alguien es por una única razón: El centro de su poder se estaba agotando, por lo que los Koyys, protectores de los elementos, le habían quitado su Telem hasta el momento de su muerte. Por un instante todos los presentes estuvieron a la espera, y el silencio llenó el ambiente, hasta que Keila dijo:

-Estoy en la corriente, flotando sin miedo, pero no sé dónde está mi cuerpo- después de eso desapareció. Para entonces yo tenía nueve años y mi Telem se desarrollaba.

-No te pasará nada, te vigilaré toda la ceremonia, pero por favor elige bien- lo miré olvidando aquellos horribles meses.

-Lo haré, pero, ¿Qué pasaría si yo no elijo?

Aaron me miró aturdido- Si no eliges, Nhebuli lo hará por ti. 

Nhebuli era la oráculo de nuestro pueblo, y solo ella podía ver con quién estaba destinada a estar. El único problema es que para elegir pareja tienes que controlar el mismo elemento, y yo no tengo la misma descendencia de mi familia; ellos son Telems blancos. En el condado había en su mayoría, Telems verdes; ellos controlaban la tierra. Luego seguían los Telems rojos; controlaban el fuego y, por último, los Telems blancos. Pero yo soy única, no hay nadie como yo en todo el continente, y eso lo saben todos en James City gracias a los censos continentales de cada año, obviamente a escondidas de los humanos. Yo soy la primera Telem azul en 405 años; desde la fundación de la ciudad en 1607. El primer Telem azul fue el capitán inglés John Smith, quien antes de ser herido por una quemadura de pólvora, habría estado viéndose a escondidas con la hija del jefe de la tribu Powhatans, Pocahontas. Al regresar a Europa por la herida, la cual pareció ser grave, él no habría tenido en cuenta que la joven había quedado embarazada y que a partir de aquel momento surgieron los primeros Telems verdes. Pasado el tiempo, la hija del cacique dio a luz a tres niños, pero el padre de la muchacha no aceptó a sus nietos considerándolos demonios al ver lo que podían hacer. Por esa razón fueron abandonados en donde tiempo después se fundaría Jamestown.  Por sus habilidades los tres niños pudieron sobrevivir y crecer como si fueran normales. De mayores, esos niños investigaron acerca de su linaje europeo y al asentarse en la zona, unos años después,  algunos Telems europeos descubrieron que eran como ellos. Desde ese momento nuestra población se mantuvo en secreto ya que en esos tiempos en Europa y América eran considerados demonios quienes tenían habilidades superiores a las de las personas promedio. En la primaria te enseñan esto y de un momento a otro te lo aprendes de memoria, al igual que guardar el secreto de lo que somos y nuestra inmortalidad, aunque claro, antes no había tanta tecnología, por lo que no pudieron hacer mucho por la herida de John, aunque tampoco se ha investigado mucho sobre él.

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⏰ Última actualización: Jan 18, 2019 ⏰

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Destino: Aguas HeladasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora