Hacia mucho tiempo, durante las guerras floridas, los mayas hicieron una alianza con los aztecas, a cambio de comerciar miel y cacao, los aztecas no atacarían a los mayas; pero aun así, los aztecas estaban invadiendo la zona costera de Chiapas, y seguían avanzando, llegando a lo que conocemos en la actualidad como Honduras, el reino de palenque le cedió territorio a los aztecas; para evitar que fueran esclavizados y sacrificados, el rey pacal V escondió en lo mas profundo de la selva a su civilización, protegiendo así a su gente.
El reino fue tragado por la selva, el pasto empezó a crecer en las laderas de los templos, en las chozas se desarrollo moho, las enfermedades azotaban a la gente, las raíces empezaron a romper las paredes de la habitación del rey, y después secaron el acueducto.
1000 años después, en México crecía una revolución, contra un dictador, al que todo lo bueno que hizo, seria reconocido después de mucho tiempo. En lo profundo de la selva de Chiapas, los indios preparaban su ejercito, pues ellos eran los últimos en organizar uno, el primero fue en el norte, dirigido por pancho villa, que en ese año hizo una visita no pacifica a un pueblo en estados unidos, ellos iniciaron una persecución a pesar de que aquel país estaba en la gran guerra, iniciada por Alemania; en el centro estaba Emiliano zapata, y en la costa estaba Plutarco Elías calles; aparte estaba venustiano Carranza, que proponía iniciar una carta magna.
En el sur, los indios tzetzales estaban planeando iniciar ataques contra el gobierno, para eso se adentrarían en lo mas profundo de la selva, un lugar lleno de neblina espesa y demasiados arboles, sin olvidarse de los zánganos, esos mosquitos de apariencia demoniaca y de tamaño grande; a los niños los asustaban con leyendas de este insecto chupa sangre, entonces los revolucionarios se adentraron en lo mas profundo de la selva, sin saber el destino que les esperaba. Con un ambiente lúgubre, dos compañeros, hábiles con las winchester, se habían perdido; horas antes ellos decidieron seguir la exploración en busca del poblado, donde tomarían mas municiones y armas para tomar san Cristóbal, la capital de ese nuevo territorio al que Porfirio Díaz, conquisto, pues lo indios no querían formar parte de la dictadura.
Dejando a sus compañeros, cometieron un error y ahora están perdidos, para el colmo, se le acaba la naftalina a las lamparas, es una maldición caminar por la selva sin luz, aparte de todos los animales salvajes que los pueden atacar, en fin, seguían caminando sin rumbo alguno, aparte asustados, por las leyendas de cadáveres de aztecas que comen carne humana, algo parecido a los zombies, pero ellos no conocían esa palabra, y la luz eléctrica para ellos era brujería, al igual que los telégrafos y maquinas de escribir; ellos no acostumbran a estar civilizados, caminando sin rumbo alguno, supieron que estaban cerca de una ciudad, pero encontraron una estructura grande de piedra, abandonado, con un acueducto, asustados creyeron que ese lugar fue destruido por el gobierno, aun así decidieron adentrarse, con la sangre helada y con la típica curiosidad de un indio.
Entraron a una de las estructuras y se toparon con algo horroroso, cráneos incrustados en la construcción, entraron en una parte a lo que parecía un mausoleo, abrieron una lapida y un olor hediondo lleno el lugar, entonces uno de ellos cayo muerto, el otro salió corriendo, a parte de que insectos, que salieron de ahí lo perseguían porque querían carne fresca, a pesar de que no estaba en putrefacción, el olor se le quedo impregnado, por eso lo seguían, encontró un pasillo y salió por la parte trasera de la estructura, entonces decidió ir a otra pirámide que tenia algo parecido a una habitación, donde encontró a una serpiente horrorosa, era una pintura, ya estaba demasiado asustado.
97 años después un grupo de arqueólogos, decidió ir en busca de la civilización del infierno, se reunieron con el hijo de un revolucionario, decía que su padre, había encontrado una ciudad perdida, su amigo había muerto porque abrieron una caja llena de demonios, que mataron al instante, sin saber que esos "demonios" era la acidez del olor de la putrefacción, el decía que adentro de la caja había un esqueleto lleno de jade, algunas partes de su cuerpo estaban todavía con carne, protegidas por una capa de ámbar, aun así los insectos se comieron la mayoría de su cuerpo; la putrefacción es inevitable, creyendo, los arqueólogos decidieron ir en busca de la ciudad perdida.
Llegando encontraron un manuscrito, ellos lo descifraron, la historia será publicada en la segunda parte, de como fue la vida de esta gran ciudad a la que hoy conocemos como
Palenque, el imperio maya mas grande.
