Inside the Soul + yoonseok

V

El timbre de la puerta llamo por completo su atención. De un salto se levanto del sofá en el cual se encontraba y camino hacia la puerta.

-Hola Hoseok-. Dijo con una sonrisa su mejor amigo cuando la puerta se abrió, dajandolo pasar rápidamente.

Su cuerpo se estremece por el frío que entro al abrir la puerta. Sonríe y saluda a Taehyung.

-¿Vienes por lo del trabajo?-. Pregunta el más grande.

-Sip, el profesor dijo que antes del martes había que entregarlo-. Dijo en un suspiro de un dramático lamento, sacando la primer carcajada del día a Hoseok.

Y es así como los dos comienzan a terminar el trabajo pendiente, ignorando la fuerte lluvia que golpea la ventana, ignorando la constante punzada en la cabeza de Hoseok.

Después de un rato este se levanta, diciéndole a su amigo que necesitaba ir al baño, el mismo asiente, concentrado en lo que estaba escribiendo.

Sus piernas tiemblan mientras camina lejos de el cuarto, intenta regular su respiración, las punzadas en su cabeza aumentan, el dolor aumenta, el miedo aumenta.
Pasa de ir al baño, pues solo era una escusa para salir de aquella desesperante burbuja en la cual se encontraba él mismo minutos atrás.
Se dirige a la cocina, donde sirve dos vasos de agua.

De nuevo, se encamina a su cuarto, con la vista perdida en el liquido transparente que se movía de lado a lado.
Levanta la mirada una vez en la puerta de su cuarto, Taehyung se encuentra sentado en el suelo mientras escribe su parte del trabajo, pero su vista no se detiene ahí, detrás de él se encuentra aquel chico de oscuros ojos que constantemente era parte de sus pesadillas.

Su interior arde de desesperación, quiere gritar con todas sus fuerzas, escapar de aquella pesada mirada que hacia de su interior un mismisimo infierno.
Los vasos se resbalan de sus manos, el sonoro ruido del cristal golpeando el suelo hace que Taehyung levante la vista confundido, mirando el rostro de pánico que tenia su amigo.

-¿H-Hoseok?-. Pregunta, sintiendo una rara sensación en su pecho.

Hoseok da un paso atrás, el chico detrás de Taehyung recoge uno de los vidrios que estaban desparramados en el suelo. Se sienta sobre sus talones, su pálida mano sostiene el pedazo de vidrio que reflejaba un brillo de luz, alto, para que Hoseok la vea.

-T-Taehyu- Es interrumpido por el fuerte ruido que provoco el vidrio contra el cuello de este, el ruido de su piel siendo apuñalada por un cristal.
Hoseok esta paralizado, perdido en aquellos oscuros ojos que lo miraban mientras desgarraba el cuello de su mejor amigo.
La sangre corre sobre la piel de este, pintando todo a su camino, el cristal sale de su cuello para incrustarse otra vez violentamente. La desesperante mirada de su amigo junto con unos gritos de dolor y desesperación no logra sacarlo de su trance.
Taehyung estira su brazo hacia la dirección de Hoseok.

Ayúdame sale de sus labios haciendo esfuerzo para esbozar su ultimo aliento.

Aun con la piel destrozada, dejando ver la roja carne, aquel chico sigue apuñalando su cuello haciendo que la sangre salpique a todas partes, sin apartar sus ojos de los de Hoseok.
La sangre toca la punta de sus pies, un escalofrío corre desde ese punto. Su respiración se corta, siente que se esta muriendo.

El chico deja caer el cuerpo sangrante de su difunto amigo, caminando lentamente hacia Hoseok.

Sigue perdido en sus hipnotizares ojos, dentro de ellos puede ver sus mayores miedos, aun así no aparta la vista.
El miedo es remplazado por calidez al ver más de cerca aquel pálido rostro, al ver aquellos hermosos ojos oscuros.

Y lo sabe, sabe perfectamente quien es.

Todo su alrededor desaparece, quedando nada más él y aquel chico.

O como él solía llamarlo, Yoongi.

-Regrese-. Dijo en un susurro, colocando sus manchadas manos sobre las mejillas de Hoseok.

Quiere hablarle, pero su voz parece nunca haber existido.

-Tranquilo- Dice en un intento de calmar su creciente ansiedad-. Esta vez no me iré, te lo prometo.

Y una angustiante felicidad de poso en su pecho, ahogándolo en un mar de miseria.

Aquí me tienes, otra vez arruinando a un ángel puro, tirando de sus alas para que caiga a la profundidad llamada infierno.