Capítulo 1

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Capítulo 1:

Harry nuevamente se encontraba castigado, bajo un rosal de perfumados aromas que se esparcía con salvajismo al rededor de la sala, con los brazos cruzados y observando un noticiero matutino por el rabillo del ojo.

Tío Vernon le encargó la tarea de podar prolijamente cada una de las extensiones del imponente jardín del numero 4 de Privet Drive, como siempre, deseaba desaparecer en aquellos dichosos instantes, con un soplido cansado y un jadeo de esfuerzo pudo quitar las primeras ramas, las acumuló a un costado y dejo algunas espinas al propósito: quizás (en su imaginación pasaba) Dudley saldría descalzo con alguna paleta o helado de crema entre sus regordetas manos y se llevaría a flor de piel su pequeña sorpresa.

Harry era un niño de apenas diez años, con el cabello azabache, gafas circulares y cuerpo huesudo.
También era el saco de boxeo de su primó, Dudley, y claro "el talón de aquíles" de los Dursley.

El vivía con sus tíos, tío Vernon y tía Petunia, para ser más exactos, y Harry pensaba que no existían seres tan terribles como ellos.

Vivía en un armario, con varias arañas de compañía y a base de cucharadas soperas de azúcar, si tenía mucha suerte  (y eso implicaba un aumento para la fabrica en la que su tío trabajaba) podía comer junto al resto de la familia...Pero el refería no hacerlo, ya que siempre terminaban hablando del hermoso evento que casi termino con todos los Potter... Y por alguna extraña razón el diálogo familiar terminaba en una crítica matutina a su amplia cicatriz.

Pero Harry no sentía que fuera "fea" o "asquerosa" (lo último según Dudley) para el era una característica única y propia que adoraba.

En su colegio las cosas no mejoraban mucho, no tenia amigos y siempre se vestía con ropas viejas de su primó, quien era regordete y lo perseguía cada vez que le fuera posible por los pasillos estrechos del establecimiento.

-¡HARRY! ¡VEN AQUÍ AHORA MISMO! -era la voz de su tía, enojada y con su cara de caballo más severa de lo normal...Harry trago en seco y de pocos pasos se paró en frente de su tía nervioso.

-Mira lo sucio qué estas -reprendió con un dedo acusador- no hay cena para ti.
Y -le fulmino con una especie de odio descomunal-  termina de una vez con el jardín, tienes que limpiar la casa y hacer la tarea de Dudley. -sacudió su falda arreglada y achicó sus ojos aun mas de lo que Harry creía posible- y báñate...Tu tío, recibirá una visita importante está noche.-se giro sobre sus talones y cerró de un portazo el marco de la puerta.

Harry, el niño de la cicatriz solo pudo maldecir internamente a sus tíos.
¿Porque debía limpiar, trabajar y hacerle los deberes a su odioso primo? ¡Si el le quitó su amohosado libro de historia para arrojarlo en bolas de papel a unos niños de primero! No importa, tenía mucha hambre y sueño, quizás si terminaba rápido y lograba estar limpió para aquélla cena se le permitiría cojer algunas rebanadas de pan integral, queso y con un milagro un plato con sobras.

Sal de mar - SnarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora