El idiota.

10 0 0
                                    

¿Han escuchado hablar sobre el dolor que te da en el pecho cuando alguien rompe tu corazón? Yo pensé que era una broma y que todos exageraban al respecto, no creía que perder a una pareja podría ser tan doloroso, pensaba que... solo era mierda y que eso jamás me iba a pasar a mi. Me equivoqué.

Ese dolor en el pecho se incrementaba más y más cada día, recuerdo que escucharlo dolía, verlo dolía, pensar en el me desgarraba el alma, nunca nadie me había lastimado de la manera en la que el lo hizo, me dolía el corazón. Estaba tan cansada de llorar todas las noches por el, el jamás me quiso, el solo jugó conmigo, fui su chica temporal y eso no iba a cambiar, el no iba a cambiar y yo necesitaba aceptarlo de una buena vez.

Evan Adams era solo un chico idiota que amaba tener a todas a sus pies pero claro... de una manera bastante discreta. Evan Adame era solo otro rompe corazones más.

1.

- Eres patética, Jenna - digo mientras miro mi reflejo en el espejo. Tomo la base de maquillaje y la unto en toda mi cara para intentar cubrir el moretón gigante que mi ataque de ansiedad me había provocado. Me rindo después de ver lo asquerosa que me veía con tanto maquillaje. Termino de delinear mis ojos y me preparo para ir a mi primera clase.

Habían pasado dos meses desde que el ciclo escolar había comenzado y yo ya estaba en el hoyo respecto a matemáticas, no entendía y no pretendía hacerlo. No me gustaban, me provocaban náuseas y aún más sabiendo que la clase era con la inigualable maestra Paloma. No la odiaba, en lo absoluto simplemente no era mi ser favorito en la tierra.
Me armé de valor para enfrentarla una vez más, acomode mi mochila en mi hombro derecho y entre al aula. Ella se encontraba ahí con un alumno que me odiaba gracias a mi estupida hermana y su manía de comportarse como una maldita perra con sus conquistas. Decidí ignorarlos y camine directo a mi asiento al fondo

- Jenna - cerré los ojos en cuanto pronunció mi nombre - Por favor te necesito aquí adelante. -

Oh eso no iba a pasar.

- ¿por qué? - pregunto. Ella niega con su cabeza indicándome que no me dará ninguna explicación y vuelve su atención a la pizarra en donde Alex estaba apuntando unos números. Camino hasta el asiento más cercano y me siento soltando un gran bufido.

Todos mis compañeros comienzan a entrar no sin saludarme, me resigno a la idea de que Denisse llegaría temprano y me concentro en lo que Paloma hablaba aunque no le entendiera nada.

Cuando la clase da por terminada me apresuro a salir pero mi paso es detenido por la maestra, intento no gritar de coraje y la encaro.

- ¿Que pasa? - le pregunto. Ella me indica que tome asiento y así lo hago. - Escuche, si esto es por lo que dije ayer respecto a su cabello... era una broma estupida yo... - levanta la palma de su mano haciéndome callar.

- Jenna, esto no se trata de el odio que me tienes - comienza. Oh vamos, yo no la odiaba... de verdad no lo hacía. - Me quedó más que claro cuando arruinaste mi cita con Aaron - me encojo en mi asiento, eso había sido una completa accidente, jamás quise tirar el capuccino en la cara de el pobre hombre - Pero me preocupas, apenas iniciamos y ya vas cayendo en la materia, ¿está todo bien?

- Siento lo de Aarón - digo con sinceridad - Con respecto a la materia...no la entiendo, profesora, en verdad lo intento pero no logró comprenderlo.

- Esfuérzate un poco - me dice mientras se levanta de su silla - No creo que quieras tener otro tutor. - abro los ojos de par en par mientras niego rápidamente con la cabeza. - Hazlo o yo misma me encargara de que Judith sea tu tutora de nuevo.

Como tú... Nadie. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora