girl group ➳ bts.

✧chapter1:prologue.

chapter one; prologue.

Era quince de marzo, probablemente el día más importante en la agenda de nuestras siete chicas.

Las audiciones para entrar al nuevo grupo femenino de la agencia era una oportunidad en miles, y que siete jóvenes hayan sido escogidas al completo azar entre una cantidad enorme de buenas concursantes e increíbles talentos era una maravilla digna de apreciar.

Aún no se conocían entre ellas, ni quiénes serían los que estarían evaluando cada uno de sus movimientos minuciosamente, pero si algo tenían en claro, era que no iba a ser nada fácil.

—Te dejaré afuera si no te apuras, ¿qué tanto te traes?—preguntó la rubia a su mejor amiga, quién abría la puerta trasera del auto y colocaba sin ningún tipo de cuidado su mochila, lanzándola hacia el interior del coche.

—Mina, estamos saliendo dos horas antes.—se limitó a responder Aerin mientras tranquilamente cerraba la puerta y subía a su respectivo lugar. Colocó sus audífonos al celular sin esperar la respuesta de su amiga, quien prendía el coche y de un sopetón tocaba fondo con el acelerador.

Mina y Aerin no eran nada compatibles. Lo entendieron cuando una simple discusión sobre idols terminó a los golpes y tirones de cabello. Aún así, se consideran algo así como almas gemelas. No se conocen hace más de tres años, pero el amor incondicional no tardó en llegar y establecerse en su amistad. Entre las notables diferencias, estaba su humor. El estado natural de Aerin era el mal humor, no debías hacer mucho para que se enfade y te diese con lo que primero que tuviese en mano. Por otro lado Mina es mucho más tranquila. No le costaba hacer amigos pese a su amigable personalidad, y no hay forma de que la encuentres sin su característica sonrisa en el rostro.
Algunos dicen que Mina y Aerin son el ying y el yang.

—Te aseguro que la pasaremos bien. A demás, ¿has oído hablar del grupo de chicos? Dicen que están buenísimos—Mina puntualizaba el hecho de que los chicos lindos abundarían en el lugar solo para convencer a Aerin de que mandar su vídeo rapeando no había sido una tan mala idea.

—Sí, algo con Bang no sé qué. Los he visto el otro día en una pegatina de un bus, están teniendo más éxito de lo que esperaba.—Aerin detuvo su música, estaban por llegar.

—¿Y a quién le importa si tienen éxito o no?—Mina soltó una risita y detuvo el auto frente a un edificio gigante—Lo que interesa es que al menos hay chicos buenorros.

Aerin no lo pudo evitar y soltó una carcajada. Por más que intentara, nunca podría entender la mente de su mejor amiga.

Las dos chicas bajaron del vehículo y tras tomar sus cosas, comenzaron a caminar.

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—Recuerda, no bebas, abrígate y duerme temprano. Te llamaré en cuanto llegue, ¿sí?

Soo resopló. Estaba segura que no iba a cumplir la mitad de las cosas que le estaba pidiendo su madre. A demás, ya no era una niña, y si hay algo que le molesta a todo el porcentaje mundial de chicas de 19 años es que su familia las trate como bebés en desarrollo.

—Entendido, mamá. Ahora déjame ir, el vuelo saldrá en diez minutos.—dijo Soo viendo su reloj y bufando dramáticamente, en busca de que su madre se fuese cuanto antes.

La señora besó la mejilla de su ya crecida hija quién—aunque no quisiese aceptarlo—estaba cumpliendo su sueño y debía... sí, debía dejarla ir.

Tras algunas advertencias más de parte de su madre, la chica tomó su pesada maleta y se sentó a la espera del avión que la llevaría hacía Seúl. Decidió escuchar música y dejar que sus vagos pensamientos llenaran su ya confundida cabeza.