La clase de Educación Física era sin duda mi favorita. Me gustaba hacer deporte como al que más cosa que rara vez se ve en un nerd. Ese día tocaba baloncesto. Debido a mi altura tampoco se me daba demasiado bien, pero eh, al menos me divertía, relativamente. Digo relativamente porque los viernes nos tocaba juntarnos con la clase de Negan y, estando solo, no tardarían en empezar a meterse conmigo.
Entré en los vestuarios dispuesto a cambiarme, la cuadrilla de Negan aún no había llegado así que tenía que ser rápido, el vestuario es el lugar más peligroso para un nerd. Me estaba poniendo el pantalón lo más rápido que podía cuando de repente vi un cuerpo sombrío asomando por una de las paredes.
- Eh tío, mira eso - Le dije a uno de los chicos de mi clase. Nada más darse la vuelta, la sombra se desvaneció como por arte de magia. El chico me miró confuso.
- ¿A qué te refieres? Ahí no hay nada.
- Ja, picaste - Tras esta frase decidí seguir a lo mío pensando si me estaba volviendo loco o no.
Acabe de cambiarme y salí a la velocidad de la luz del vestuario en dirección al pabellón. Mientras corría, mire de reojo a mi espalda y, siendo ciertas mis sospechas, la cuadrilla de Negan ya estaba detrás mía. Dándole igual el cambiarse, tiraron las mochilas y empezaron a correr hacia mí. Tras un tiempo corriendo, me di cuenta que no hacían más que comerme terreno y el pabellón aún estaba lejos, estaba perdido. A punto de rendirme y con el corazón en la boca la sombra volvió aparecer haciéndome una señal de que la siguiese. Salió corriendo por una esquina en dirección contraria al pabellón y yo, presa del pánico, doble la esquina también como última esperanza, pero me arrepentí, al menos por unos segundos, la maldita sombra me había llevado a un callejón sin salida. Acorralado y asustado decidí hacerme un ovillo en la pared del callejón y esperar a que Negan y los suyos vinieran, quién sabe, quizás me merecía esa paliza y todo por idiota. Algo toco mi espalda, mi vista se nubló repentinamente hasta llegar a la oscuridad absoluta, tras unos instantes, una luz aclaró mi visión. Me hallaba en el cuarto de contadores del pabellón, una chica bajita de pelo rizado y rubio con unos ojos marrón miel la cual vestía un extraño kimono amarillo con dos vainas de espada se hallaba en pose desafiante sin apartar la vista de mí.
- ¿Qué se supone que estabas haciendo?- Dijo casi gritando, por algún motivo se la notaba muy alterada
- ¿Qué te parece huir de unos abusones que me quieren pegar la paliza de mi vida? - La chica se quedó en silencio sin apartar la vista de mí como si intentase analizarme, tras unos segundos empezó a gritar
- ¿¡Pero cómo puedes ser tan idiota!? ¿¡Primero tratas de desvelar mi paradero y ahora esto!? ¿¡Es que no sabes lo que te puede pasar si ese capullo de Negan te llega a pillar!? ¿¡No te ha contado nada el inútil de Iván!?
- Espera, vamos por partes, ¿Iván? ¿Qué pinta el aquí? ¿Y yo? ¿Cómo he acabado en el cuarto de contadores si estaba en un callejón sin salida? ¿Y tú quién coño eres? - Me levante tratando de intimidar lo máximo que mi aspecto me permitía, la chica soltó un grito de frustración y toco mi hombro, al instante volví a la posición en la que me encontraba antes. Sacó un IPhone 6 del bolsillo de su pantalón para después teclear un número y ponerse el dispositivo en la oreja.
- ¿Iván? Sí, soy yo, Amel ¿¡Por qué no le has contado nada al palurdo este!?... ¡No es demasiado joven, el supremun dijo que estaba listo!... ¡Ya sé que para ti sigue siendo un niño, pero casi le pilla y eso hubiese sido un desastre! ¿Entiendes?... Mira, olvídalo, los bandrion no tardarán en llegar a nuestra posición y para entonces no debemos estar aquí. Reúnete conmigo en el hall principal... Sí, me llevó al idiota conmigo. - Colgó el teléfono y volvió a guardarlo en su bolsillo.- Vamos, cerebro de hormiga, no tenemos mucho tiempo.
- ¿Te importaría dejar de insultarme y explicarme de una vez que está pasando?- No hay tiempo para eso, en marcha
Amel alzo la mano y un portal negro se materializo delante de nosotros
- Wow, espera, ¿pretendes que entre ahí? Parece peligroso y además, ¿no estamos bien escondidos aquí? Seguro que no serán capaces de encontrarnos y...
Antes de poder continuar, me cogió de un brazo y con una fuerza para nada proporcional a su cuerpo me lanzo volando hacia el portal.
Tras atravesarlo me encontré sorprendentemente en el hall principal de mi instituto en el cual se encontraba Iván bastante alterado
- Hola, parece que me he tele transportado mágicamente delante de tuya, ¿significa eso que tú me vas a explicar que está pasando?
- Filex, no tenemos tiempo, el hechizo de congelación no tardara en dejar de surtir efecto y entonces la nave tendrá que despegar sin nosotros, si eso pasa estamos perdidos, ¿entiendes?
- ¿Hechizo de congelación? ¿Nave? – Tras decir esto mire a mi alrededor y me di cuenta de a que se refería. Toda la sala estaba parada y justo en la entrada se encontraba una escalera conectada a una nave del tamaño de un portaaviones militar – En ese caso, ¿a qué esperamos?
En ese momento Amel apareció detrás de mí con varios cortes en su ropa y una herida bastante profunda en su brazo izquierdo
- Vaya, eso no tiene buena pinta – Exclame al ver el denigrante aspecto en el que se encontraba
- Gracias Sherlock, no lo había notado – Respondió ella lanzando una mirada furiosa directa a mis ojos – ¿Está todo listo Iván?
- Todo operativo, te estábamos esperando, te han encontrado, ¿verdad?
- Por desgracia, si, esos cabrones han sido duros de pelar, solo he ganado un poco de tiempo así que tenemos que darnos prisa antes de que se recuperen y nos sigan, vamos, mocoso, tu subes primero – Dijo refiriéndose claramente a mi
- ¿Yo? Pero si no se ni siquiera como... - Una vez más, antes de poder acabar, Amel toco mi frente y mi cuerpo empezó a moverse el solo en dirección a la escalera. En menos de lo que cantaba un gallo ya estaba trepando a una velocidad muy poco habitual en mí mientras Amel e Iván me seguían por detrás a una velocidad similar
Al llegar arriba del todo mi vista se nublo totalmente. Escuche los pasos de mis dos acompañantes alrededor
- Oye, un pequeño detallito, nada importante, ¿¡SE PUEDE SABER POR QUE ME HE QUEDADO CIEGO DE REPENTE!?
- Cálmate idiota, es parte del proceso, en caso de que nos hayamos equivocado de persona no podemos arriesgarnos a que veas todo esto – Respondió "amablemente" Amel
- Ah, genial, que a lo mejor no soy ni la persona indicada, ¿y que se supone que tenemos que hacer ahora?
- ¿Ahora? Ahora vamos a visitar al pez gordo de todo este asunto.
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El poder de la mente
General FictionThomas Daniels Filex, también conocido como Filex a secas, es el típico nerd en la típica escuela americana con su típica cuadrilla de amigos y la típica cuadrilla de abusones con lo que, claramente, se llevaba mal. Todo parecía seguir una rutina co...