Somos hermanos.

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Iba corriendo, sentía la adrenalina al llegar al arco del equipo contrario,  podía sentir la mirada orgullosa de mi padre y eso me daba más coraje, enfoque mi vista en la red y tire el balón con fuerza, gool! Podía escuchar como gritaban mis compañeros de equipo mientras me alagaban,  podía sentir como se me hinchaba el pecho de orgullo, al pasar a todos esos chicos y anotar mi gol ganador,  mi primo se me acerca y me dice.

Sebastian- creo que el fútbol esta en nuestra sangre-
Dijo sonriente mientras me daba unos palmazos en la espalda, yo solo reía ante su comentario y asentía.

Tia- es hora de comer!!!-

Se escuchaba a lo lejos, o no, la hora del juego había acabado, nos despedimos de los muchachos y fuimos hacia aquella voz que tanto nos apuraba, antes de entrar a la casa sebastian me detuvo.

Sebastian- para mi siempre seras mi hermano de otra sangre,  no importa lo que digan, siempre será así.

Yo solo lo observe con tristeza mentiras sonreía mirando hacia el suelo, este noto mi angustia y siguió.

Sebastian- no te pongas triste cami, recuerda que somos los mas rudos jajajaja.

Camila- jajajajaja si es cierto,  nosotros somos los más rudos jugadores de fútbol, somos.... imparables!!!.

Tia- niños entren a almorzar!!!!

Ambos- ya vamos!!

Creo que ante mi tía no somos tan rudos después de todo, pensé, mire a seba y supe que el pensaba lo mismo que yo, ya que me miraba con esa sonrisa tonta en su cara, realmente éramos como hermanos, a nuestra corta edad sabíamos que nuestra amistad duraría por un largo tiempo, en ese entonces yo vivía en osorno, y tenía 9 años y mi primo 7 a esa corta edad seba se mostraba muy maduro, siempre fue así, por eso lo admiraba mucho a pesar de ser mayor que el, en ese entonces solíamos arrancarnos a un río que quedaba cerca de su casa, y nos íbamos a bañar con los chicos, en aquellos tiempos nuestras diferencias no eran visibles, tanto en lo psicológico como en lo físico, para el yo era uno mas de la pandilla, jugábamos con sus autos a misiones secretas, y terminábamos golpeandonos por quien tendría el mejor auto.

Sebastian- tu siempre elijes el Ferrari!!! esta ves yo lo quiero!!

Camila- este auto es tuyo!! Y siempre lo tienes para ti!! Cuando yo no esté jugando contigo,  puedes ser el Ferrari!!!

Sebastian - pero lo quiero ahora!!

El se levanta muy bruscamente y se abalanza sobre mi Cómo un salvaje, y ahí comenzó la guerra, por ser más grande yo tenía el beneficio de la fuerza y lo lance contra el suelo mientras sin dame cuenta, el tomó mi coleta de caballo la cual nunca soltaba, ya que yo odiaba mi pelo largo y como mis padre no dejarían que me lo deje como un niño simplemente no me sacaba el moño, pero ese día seba lo saco,  al ver mi cabello largo quede sentada mirando como caía cubriendo mi rostro, seba supo que lo que había hecho estaba mal, así que me entrego mi liga y me dijo.
Sebastian- eres mi hermano, no importa si traes el cabello largo.

Lo mire y le sonreí, realmente lo quería a pesar de todo, era un amor fraterna, yo era muy apegado a el, quizá por el hecho de no tener más amigos, ya que todos me rechazaban, bueno exepto mi vecina quien siempre jugaba conmigo, era una niña muy tierna, pero pocas veces jugué con ella frente a frente, ya que mi abuela no me dejaba salir, nos solíamos ver por las rejillas que nos separaban, y por ahi nos pasábamos cosas, como juguetes y cartas, yo nunca le dije a mi primo que me juntaba con una niña, ya que me daba vergüenza, ya saben cosas de niños.

Seba y yo siempre salíamos de vacaciones juntos, mis tios siempre me invitaban y yo feliz aceptaba, mis padres nunca se opusieron, de hecho les gustaba verme tan animado y feliz, recuerdo perfectamente cuando íbamos a esa playa en mailcolpue, también recuerdo a lolo, ohh nuestro gran amigo de verano, lolo era un cocodrilo inflable, como amábamos a ese cocodrilo, era único, y nos reíamos mucho con el, a pasar el tiempo las idas a la playa ya no sólo eran para jugar, si no que comenzamos a ver chicas, o por lo menos yo, que estaba por cumplir los 13 años ya me llamaban mucho la atención, claro que yo en ese entonces ya mostraba un cuerpo de mujer, pero nunca fui desarrollado así que no mostraba pechos ni curvas, aun que si vestía ropa de niña cosa que con el pasar del tiempo odiaba, las chicas no se fijaban en mi, y comencé a sentir celos de mi primo, como el era un chico de seguro le harían caso a el y no a mi, estaba tan triste, pero nunca se lo conté a nadie, solo ignore ese sentimiento y seguí con mi vida de juegos.

En el barrio donde vivía mi primo estaba lleno de chicos de nuestra edad, cosa que lo encontraba genial, todos me integraban muy amables, recuerdo nuestras conversaciones sobre cosas paranormales, también recuerdo que seba grababa todo, hubo un tiempo en el que comenzó a interesarle mucho el tema de YouTube y el hacer videos, hací que el nos grababa haciendo un montón de idioteces, como perseguir a los perros.

Sebastian- ok ok ok ustedes harán como que están peliando, y luego perseguirán a ese perro.

Decía con una enorme sonrisa que se ocultaba gracias a la cámara que tenia en frente.

Joshe- seba no crees que estos perros nos harán algo?

Camila- yo tambien opino que es mala idea, decía yo con algo de miedo.

Sebastian- ustedes tranquilos muchachos, tengo todo fríamente calculado.

Mentira, como resultado tuvimos que correr tres cuadras para perder a los perros, resultó que el canino al cual estábamos persiguiendo, era un cachorro,  un cachorro el cual tenía una mamá muy grande y enojada, por poco nos arranca medio cachete, y seba no paraba de decir.

Sebastian- esto es oro puro chicos! !! Se imaginan los "me gusta" que tendrá?, decía con una enorme sonrisa mientras corríamos de los perros que nos perseguían como si se fuera a acabar el mundo.

Joshe- mi mamá me dijo que no me juntara con este desquiciado!!,
Decía Joshe mientras lloraba y se le caían los mocos.
Para nuestra suerte, el jugar a la pelota todos los días te da un muy buen estado físico, así que los perros no tenían oportunidad, Joshe era el más rápido de todos, a decir verdad no sabíamos porque lloraba tanto si el era que iba más lejos de los canes, pero bueno al final de día terminamos agotados y listos para dormir, nos esperaban más aventuras al día siguente así que debíamos descansar.

Aún recuerdo el día en que mi primo con mucha tristeza me dijo.

Sebastian- soy adoptado. Decía con notoria vergüenza, miraba cariz bajo.

Camila- y eso que?, le dije lo más amable que pude,
- seguimos siendo hermanos, sigues siendo mi primo favorito,
Y eso nadie lo cambiará.

El me miró y me sonrió como siempre lo hacía.

Sebastian- y nadie cambiará el hecho de que tu seas mi hermano,  no importa tu cuerpo, tu eres el chico más rudo que conozco.

Obviamente lo de "rudo" siempre fue sarcasmo, yo siempre fui débil y no tenia mucha voz de autoridad, pero mi primo siempre intento convertirme en un verdadero hombre, cosa que siempre valoraré.

Amargas etiquetas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora