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Mirar dolía, oír dolía, tocar dolía vivir dolía.

El mundo se cae a pedazos, guerras, humanos matan a otros humanos, la piedad y la compasión se han abarrotado de polvo y telarañas, la gente mata a la tierra que le dio la vida, las religiones lejos de hacer a las personas mejores las vuelven peores, solo van a los templos para formar parte de algo, porque de niños se lo impusieron, eso si es que van, vivir se ha vuelto una rutina, una rutina que corre muy rápido, y nadie se detiene a pensar ¿qué estoy haciendo?, todos vivimos metidos en la hegemonía de la rutina, levantarse, los niños, el trabajo, el tráfico, el consumismo, o la escuela, las fiestas, el alcohol, las drogas, el sexo y nadie se detiene a pensar ¿qué estoy haciendo?, yo no lo sé, pero no soy más que una adolescente entre 7400 millones de humanos, entre cientos de planetas y miles de millones de estrellas. ¿Quién soy yo (una mota de polvo cósmico) para quejarme?...

Es terrible ver como el mundo sigue girando mientras miles de mujeres son extorsionadas en el medio oriente donde las a coser nuestras marcas favoritas en extenuantes e inhumanos horarios de trabajo en las perores condiciones inimaginables, todo esto por una mínima monedita que a duras penas les permite sobrevivir

Okey está bien conciencia todavía hay entre la gente humanos, genios, luchadores por la paz, escritores, músicos, artistas todos ellos conservan aún un poco de humanidad, sin embargo no escapan de este juego macabro TODO se compra, TODO se vende la vida gira alrededor del dinero, quien lo diría, pedacitos de papel rigen el curso del mundo, pedacitos de papel le quitan la humanidad a los humanos, pedacitos de papel sin ellos no podemos vivir!

Son las 2 a.m. y a los 16 años estas menudencias me quitan el sueño, el psicólogo de la escuela (con quien me obligan a pasar dos horas semanales desahogando mis problemas adolescentes) me recomendó que cuando me pasara esto recurriera a las palabras, de alguna forma escribirlas debe ayudarme a dormir me lo dijo hace un par de meses, y hoy me he decidido a empezar con este intento de diario, me asusta la posibilidad de que esta sopa de letras, pensamientos, sentimientos y deseos termine siendo algún día un Best seller con un estúpido nombre muy comercial, como Diario de una típica adolescente o La niña a la que el mundo le quitaba el sueño, y el consumismo desenfrenado llevaría a cientos de personas a comprar este accidente literario.

El nombre que me dieron mis padres es Elizabeth, así que se podría decir que mi nombre es Elizabeth, aunque no conozco más que los rostros de aquellos que alguna vez me dieron la vida, un nombre, y nueve meses de su vida, tuve suerte y fui adoptada a los dos meses resulta que era una ¡hermosa bebe!, no tengo la más mínima idea de qué pasó con aquellos seres que me engendraron en una noche, y me dejaron en un día, tampoco es que me interese saberlo, realmente me los imagino como un par de adolescentes que por una noche, o tan solo un instante se perdieron el uno en el otro , y supongo que hubo un pequeño accidente que resultó en una pequeña bebe urgida de amor, tiempo, y por supuesto dinero, ya que el mundo gira alrededor de este último, cochino y asqueroso dinerosi heme aquí en este mundo en el que todo se compra y todo se vende.

Aquellas personas que me ha criado durante los últimos 15 años son comúnmente llamados Leticia y Felipe, son españoles, y tienen mucho cochino dinero en sus bolsillos, me refiero a que son una pareja que esta tocando la época de la vejez.. cuando se hicieron conmigo eran unos exitosos empresarios, dueños de la mayor franquicia de vinos en España, y una pareja a punto de divorciarse por problemas de fecundidad resulta que Felipe tiene algunos problemas con sus espermatozoides y su distribución, no conozco realmente los detalles, y especificidades, el punto es que no podían tener hijos, El Amor, o quizá el dinero, y la prosperidad de su empresa los mantuvo unidos hasta que llegué yo.

Mi vida no es la más interesante durante mis primeros años recibí mucha atención de nanas, y profesores personales de todo tipo de actividades y destrezas, en los primeros 10 años de mi vida tuve alrededor de 30 niñeras y nanas, pues mi mamá mejor conocida como Leticia, no tenía demasiado tiempo para mí, ella estaba muy ocupada atendiendo a su esposo y a su empresa, como para atender a la hija que siempre quiso.

Podría decirse que soy bailarina de ballet, aunque en realidad no soy muy buena, tampoco tengo mucho talento pero si soy la que tiene los mejores instructores, los mejores trajes, las mejores zapatillas, todo lo que el dinero puede comprar... me encanta el baile, la música, y como te llena mientras tu alma se mueve, te tele transportas con aquellos hermosos sonidos y sus diferentes alturas, los trajes, las zapatillas, el dolor y el sacrificio.

No estoy segura de si vale la pena, de si este arte elitesco que te llena el alma vale todo el dolor físico que trae, el dolor corre por mis pies sangrientos llenos de cicatrices...

Ya son las 4a.m y la brisa de una tempranera mañana besa mi tez con su gélido aliento, mientras amenaza en enredar aún mas mi desastroso cabello.

Vivír dolíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora