Cena para tres

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Ji Yong acababa de llegar a casa, cerró la puerta de la entrada y dejo sus llaves en la mesita a un lado de la puerta. Le sorprendió escuchar ruidos, por lo general era el primero en llegar, cuando entro a la sala la televisión estaba encendida y mostraba un video musical a un volumen muy alto, tomo el control de encima del sillón y le bajo un poco.

— ¡¿Quién llego?! — era la voz de SeungRi desde la cocina.

— ¡Soy yo! — grito quitándose la mochila y la chaqueta para tirarlas al sillón.

Ji camino a la cocina, allí estaba el menor de la casa frente a la encimera cortando verduras, por lo general Ri llegaba de madrugada del trabajo, era extraño verlo a esa hora y además cocinando, casi no cocinaban en casa, no tenían tiempo de hacerlo, por lo general compraban comida afuera.

Ji Yong olvido todas las preguntas respecto a su presencia allí cuando sus ojos llegaron al trasero de su novio, una nueva extrañeza, llevaba unos pantalones de tela formales que hacían ver su trasero más grande y una camisa blanca, todo debajo de un delantal de cocina verde. Lo peor era su cabello, sus rubias hebras estaban perfectamente peinadas, se veía maravilloso, masculino y hogareño. SeungRi era dueño de su propio bar, a esa hora debería estar en el trabajo y tampoco se vestía tan elegante para ir a su negocio, siempre usaba jeans y camisas casuales.

— Wuuoo Ri ¿Por qué te ves tan bonito hoy? — se apoyó de lado en la mesa donde el otro estaba cocinando.

— Tuve una reunión con unos patrocinadores.

— ¿Y no vas a ir a trabajar? — pregunto robándose una zanahoria picada a lo largo de un montón que estaba sobre la mesa y comenzó a masticarla.

— No, me fue mal en la reunión, los mande a la mierda y me vine a casa temprano.

— Aaah ¿fue muy malo?

— No, solo eran un montón de imbéciles, querían que les diera atribuciones que no les corresponden a unos patrocinadores, pero da igual, no es malo ni bueno, el bar seguirá como siempre ¿Cómo estuvo tu día? — Ji dio una carcajada — ¿De qué te ríes?

— Pareces una esposa, cocinando con delantal y preguntándome como estuvo mi día.

— Pufff, tus eres la esposa Ji, eres el más pasivo de los tres.

Ji Yong volvió a reír y tragó el último bocado de la zanahoria, camino hasta la espalda de Ri y se pegó a ella, puso las manos en sus caderas para unir sus cuerpos, ambos sonrieron.

— Somos hombres modernos, cualquier puede ser el pasivo y el activo — besó lento su cuello.

— Vas a hacer que me corte — a Ji Yong no le importo, empujo su entrepierna con el trasero Ri y apretó más el agarre de sus caderas.

— Deberías darme un beso — hablaba desde el cuello del menor, disfrutaba el olor del perfume caro que solo ocupaba en ocasiones especiales — las buenas esposas besan a sus esposos cuando llegan del trabajo.

SeungRi dejo el cuchillo sobre la mesa y se dio la vuelta, miro a su novio sonriendo lascivo, se quitó el delantal, lo tiro lejos y acerco su rostro al de Ji, este pensó que lo besaría, pero en su lugar poso las manos en su cintura y lo empujo hasta la encimera del frente, el mayor dio un pequeño quejido, su espalda dolió al chocar con el borde del mueble.

— Lo pasiva se te sale por los poros Ji, tú y yo sabemos que te gusta más que te lo metan — el castaño sonrió.

Ji Yong iba a responder, pero el otro atacó su boca de forma frenética, no pudo hacer más que callarse y responder el beso, juntaron sus lenguas y las movieron por todas sus cavidades buscando probar hasta el último rincón. Ji llevo su mano a la nuca de su novio y empujo, había tenido un largo día, había sido regañado y un nuevo alumno problemático había llegado a la escuela, de verdad necesitaba desahogarse y esa era su forma de hacerlo.

Cena para tresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora