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La chica de ojos azules se encontraba sentada en el banco en un parque alejado de las personas que se divertían desde hace ya un buen tiempo viendo el atardecer desde donde se encontraba apreciando los colores naranja y dorado de aquel atardecer.

-Ja ya ni se para que vengo aquí si tu ya no estas- se dijo la chica de ojos azules luego de unos segundos se levanta viendo los últimos rayos del sol.

Una luz por mas pequeña que sea te trae algo de alegría y no dejas que nadie se le acerque por miedo a perder esa luz que tanto amas.


Los pensamientos de la chica fueron interrumpidos al sentir un golpe que casi la derriba pero la tomaron del brazo para que no caiga.

-Oiga fijase por donde andas - dijo entre cerrando los ojos.

-Disculpa no la había visto te encuentra bien niña- un joven alto de 1.85 la mira con preocupación con aquellos ojos color zafiro tan hermosos que en verdad parecía aquella hermosa joya, el cabello un poco rizado de color café y su piel un poco pálida pero le acentuaba muy bien.

-No soy una niña- dijo zafándose de su agarre sin mirarlo.

-Bueno entonces jovencita- sonríe ampliamente -no le hice daño ¿verdad?-

-no- dijo cortante y empezó a dar unos pasos para alejarse de el.

-Espere me podría ayudar a buscar una dirección- se pone delante de ella impidiéndole el paso -es que soy nuevo en esta ciudad- ríe levemente.

-Por que debería de ayudarlo si ni lo conozco y si a si fuera con mas razón no lo ayudaría- dijo con frialdad levantando la mirada para verlo directamente a los ojos y al ver los ojos del joven una imagen paso paso por su mente como como un destello.

-Vaya quién lo diría la pequeña niña es resentida- dijo riendo.

Ella se quedó sin responder nada mientras lo miraba a los ojos es como si esos ojos color zafiro la tuvieran hechizada.

-Soy tan hermoso que te deje sin palabras eh- dijo acercándose un poco.

-¿Tú? ¿hermoso? Por favor eso es un chiste muy malo- dijo alejándose lentamente de el.

-Bueno entonces me ayudaras- dijo sonriendo.

-mm no, tengo mejores cosas que hacer- empezó a caminar.

-Lástima por ti seguro te quedarías fuera de tu casa- dijo haciendo girar un juego de llaves en su dedo.

-Vaya el viejo es mas ágil de lo que creí- suspiro y paso la mano por su cuello -dime la dirección tal vez sepa donde es-

-Buena niña- saco una pequeña libreta color azul y le mostró la dirección.

Ella no podía creer la dirección que el le mostró oculto sus emociones antes de que salgan a flote.

-¿Tu compraste esa casa abandonada?- dijo sin mirarlo.

-De echo yo vivía ahí cuando era niño junto con mi familia pero....- la mira y la nota un poco extraña a pesar de que ella lo ocultaba a la perfección -¿sabes donde es?-

Sentimientos PeligrososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora