Capítulo 1

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Ashley:- Eres una estúpida.

Cinthia:- Tu música demoniaca no te asusta. Eres una chica a la que se le debe temer.

Rebeca:- ¡Upss!- *Derrama un batido sobre el cabello de Alex*- Creo que tienes un poco de cabello en tu batido- se ríe.

Todos los del grupo se dan cuenta de la escena y se empiezan a reír. Lo único que pude hacer fue correr a los baños, correr y alejarme de las risas y burlas de mis compañeros.
Me miro al espejo y las voces de nuevo empiezan a atormentarla.

"Quizá si fueras bonita", "eres una basura, ni defenderte sabes", "si murieras sería mejor"...

-¡Ya basta!- Gritó Alex a todo pulmón, pensando que no había nadie en el baño.

-Alex, ¿que te pasa?... ¿Estas bien?

Una voz Sonó..."dile que si" - Si profesora Jonson.

- ¿Qué paso con tu cabello?, ¡¿fue alguno de tus compañeros?!

"Dile que tropezaste con Rebeca", "No seas una molestia", "no des más lástima de la que ya das" -Yo... Tropecé con Rebeca, y su batido me calló por error.

-Bueno, lavate eso y regresa a clases, nos vemos.

-Si, si, nos vemos profesora Jonson- Suspire

-¿Se sienten felices ahora?

"No, todos serían felices si tu murieras"

-Callense por unas horas tengo que volver a clase.

*Se abre la puerta del salón*

-Profesor, ¿Me permite pasar?-dije de mala gana.

-Señorita Alex ¿qué hora es esta de llegar? A mi clase no pasa si no llega temprano y ya se lo había Dicho- Dijo el profesor Meins con un tono grave.

-Pero...

-Nada de peros Alex, fuera de mi clase, no quiero saber nada.

Salí de el salón y lo único que escuche fueron burlas y más burlas, tanto de mis compañeros como de... Bueno ustedes ya lo saben.

"Eres una inútil", "la escuela es lo único que te sirve y lo malgastas", "buena para nada", "ojalá nunca hubieras nacido"

Llegue a casa, para encontrarme de nuevo a mi mamá tirada en el piso, ebria, pensé que al irme de con mi padre todo cesaría, pero yo definitivamente prefería a la mamá que me ignoraba.

Entré a mi cuarto, solo para buscar a mis mejores amigos, los libros. Así es como yo paro mi dolor, porque si no lo hago así, las navajas parecerían mi segunda opción. A veces lo hago, pero solo cuando las voces no dejan de molestar, cuando se vuelven insoportables.

Me recosté en mi cama hasta quedarme dormida, ya que estaba bastante acostumbrada a la soledad.

Voces en tu cabeza ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora