EL día de la guerra había llegado y Juvia estaba asustada, no sabía nada de su gremio y tampoco sabía si les había llegado las cartas.
Ese día se levantó con el corazón a punto de explotarle, si las cartas no habían llegado a su destino la ciudad estaría completamente desprotegida y el ataque sería un rotundo éxito, ellos, los atacantes, ganaría e impondrían un régimen totalitario en el que muchos inocentes perecerían. En las dos últimas semanas desde que entrara a formar parte de las Alas Negras, como los llamaban, había comprendido que la mujer era sádica, disfrutaba haciendo daño a los demás y se encargaba de dejar claro que si alguien la traicionaba sería ejecutado no sin antes sufrir todas las torturas posibles, Juvia lo comprobó cuando la mandaron apresar a una mujer sospechosa de pasar información. En cuanto la llevó ante la mujer ésta la condenó a sufrir diferentes torturas y se dedicó a mirar cómo la quemaban, le rompían huesos, la laceraban, le cortaban trozos de carne y otras barbaridades. Hizo todo lo posible para alargar lo máximo la tortura hasta que finalmente la pobre mujer murió.
-Espero que quede claro que todo aquel que me traicione sufrirá el mismo castigo- calvó su mirada en Juvia.
-Entendido señora- respondió pensando en lo que sería que aquella persona fuera dirigente.
Ya vestida con su habitual armadura fue a desayunar, miró el cielo, aún era de noche, por la posición de la luna pudo saber que en una hora o así amanecería. Desayunó en compañía de los otros tres guardias en completo silencio, desde que estaba allí no se habían dirigido la palabra, no sabía ni sus nombres, pero aquel momento no era el adecuado para entablar una conversación amistosa así que cuando terminaron dejaron los cacharros en el fregadero y se fueron a esperar a su señora.
Una hora y media más tarde ésta se levantó con una gran sonrisa, todos sus planes iban a la perfección, dentro de unas horas se reuniría con su ejército y atacarían la ciudad. Seguramente para cuando fuera de noche ya estaría comiendo en palacio y viendo cómo ejecutaban a algunos ciudadanos, de solo pensarlo le entraban escalofríos de placer.
Todo estaba perfectamente orquestado, la semana anterior se habían reunido con el ejército y este ya estaba en la ciudad camuflado entre los ciudadanos a la espera de la orden de atacar, ahora sólo faltaba que la mujer fuera al consejo mágico y diera comienzo a la guerra.
-¡En marcha!- ordenó cuando terminó de desayunar y prepararse.
De camino Juvia fue fijándose en la ciudad esperando ver a alguien que reconociera, o alguna señal de que estaban preparados, esperaba ver algo y al no ver nada se comenzó a desesperar. Llegaron al consejo y les dijo que tenía que quedarse a esperar a los maestros, en todo momento Juvia estuvo atenta a algún movimiento de los suyos, en la media hora en la que estuvo no vio nada y la desesperanza la invadió, al parecer sus cartas no habían sido recibidas.
"No importa haré lo que esté en mi mano por acabar con todo esto" se dijo con determinación, estaba convencida de que si acababa con la vida de la mujer conseguiría acabar con aquella locura. Alguien con tanto orgullo no legaría nada a nadie y eso provocaría el caos en sus filas y si aprovechaban bien la ocasión tal vez pudieran terminar con los cabecillas y terminar con la amenaza. Algo más tranquila siguió esperando a los maestros, tendría que esperar para poner en marcha su plan. Los gritos en los alrededores de palacio la sacaron de sus pensamientos: el ataque había comenzado.
"Maldita sea" masculló para sí deseando estar en otra parte y no allí, pero no podía abandonar su puesto, no si quería tener la oportunidad de poner fin a todo aquello. Los siguientes minutos se hicieron eternos, finalmente los maestros se presentaron y todos juntos entraron en el edificio. Se dirigieron a la sala donde estaban reunido los magos santos y entraron dejando a todos estupefactos.
ESTÁS LEYENDO
Traición y Unión
FanfictionJuvia y Gray cortan después de una infidelidad por parte del chico. La maga destrozada comienza una vida de autodestrucción y abandono. Será la tenacidad de Natsu la que la saque de esa situación. Mientras nuevos acontecimientos suceden a lo largo d...