"Olvídame" Capítulo 8

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Este frío y asqueroso lugar es lo único que merezco por haber defraudado a mis padres, por fijarme en un chico que jamás va a amarme, en sí, por ser una fracasada... Solo quiero volver a empezar mi vida, sé que para eso tengo que volver a nacer, pero trataré.
La luz apenas alumbraba parte del cuarto, un feo y pesado uniforme vestía mi cuerpo, mi pómulo sangraba y tenía moretones en los brazos puesto que mi compañera de cuarto me dio la bienvenida con unos cuantos golpes, no tenía ganas de defenderme por tanto había acabado así.
-________ tiene visita- un hombre con uniforme de policía abrió la reja del cuarto dándome libertad para ir a la sala de visitas
Caminé hacia la sala, un hombre de traje se encontraba sentado en una silla frente a una mesa, se levantó al verme e hizo una reverencia
-señorita ______, sientese por favor- exclamó señalando la silla que se encontraba al otro lado de la mesa
-¿quien es usted?
-dejeme presentarme, soy Choi Sung Hyuk y seré su abogado- de su maleta sacó una libreta
-yo no pedí un abogado
-usted no, pero el joven Lee me mandó a ser su abogado
-oh ese idiota- refunfuñé- largo de aquí, no quiero un abogado- me levanté del asiento
-espere- gritó el abogado- estoy aquí para sacarla de este lugar, así que sientese y escuche lo que tengo que decir
-no entiende el punto por cual no pedí un abogado, aparte de que son unos idiotas, no quiero salir de aquí, entiende? Así que largo- enarqué las cejas y salí de allí, estúpido Lee, creí que ya me lo había sacudido y no volvería a saber de él, por eso mismo no quería salir, necesitaba recordar de que era una basura que no debía existir y mucho menos tendría la dicha de tener a alguien tan maravilloso como Min Ho a mi lado.
Un suspiro pesado salió de mi boca, entré de nueva cuenta a aquel lugar tras las rejas, me senté en la cama desganada. Las horas pasaban lentamente, al igual que los días, una semana después volvieron a abrir la celda puesto que alguien había venido a visitarme, esta vez se trataba de una chica
-¿qué haces aquí?- pregunté molesta
-quería ver cómo estabas, supe que corriste al abogado que Min Hoo te mandó... Que acaso no quieres salir de aquí?- preguntó confundida a lo que respondí un cortante NO- te has vuelto loca? Cómo no vas a querer salir de este horrible lugar?- exclamó sorprendida a la vez que se cruzaba de brazos
-no quiero salir, entendiste? Tengo mis razones y no necesito que las entiendas, si solo viniste a eso, estoy bien, puedes irte- me paré del asiento dispuesta a irme, Krystal tomó mi muñeca y suspiró
-él va a casarse y quería venir a decírtelo personalmente - comentó cabizbajo
-¿y eso que? Que bien, envíale felicitaciones de mi parte- una sonrisa sarcástica se dibujó en mi rostro
-es que no sabes la razón por la que tomó esa decisión- gritó
-basta, no me importa sus razones, deseo que le vaya bien y que sea feliz- respondí indiferente- Cuidate y no te preocupes por mí- me acerqué a ella envolviéndola en un abrazo- vive bien por mí Krystal
Y después de dar unas palmadas en su cabeza, me dirigí de nueva cuenta a mi celda, el dolor que sentía era peor que cuando Geun Suk se fue, casarse? Por una parte me sentía aliviada de que él no tuviera que renunciar a la vida que llevaba por mí, más que mi felicidad, deseaba la de él y trataba de ser feliz con esa noticia, pero... ¿Cuales serían las razones que Krystal pretendía decirme?... Da igual, ya no debía pensar en ese chico nunca más.
Mi sentencia había sido de 4 años de cárcel o salir bajo fianza por una buena cantidad de dinero, escogí pasar los 4 años encerrada, no porque no tuviera el dinero, sino porque merecía sufrir por ser una mala persona. Las horas se convertían en días y los días en meses, Krystal regresaba cada día a visitarme, pero me negaba a verla, no quería estorbar en su vida, ella merecía una vida feliz... Conocí a Krystal desde que era pequeña, hermana de Jessica Jung, ella es muy torpe e ingenua, pero trabajar con ella había sido lo mejor que me hubiera pasado, ella se merece toda la felicidad del mundo y por eso era necesario alejarme de ella.
-__________-Una voz conocida me dejó helada al escuchar mi nombre salir de sus labios- que tal la cárcel?
Volteé mi mirada hacia aquella voz que me llamaba, me acerqué enseguida hacia los barrotes de la celda mirándolo fijamente
-¿qué haces aquí?
-quise venir a verte y a revisar que estuvieras cómoda en tu celda- una sonrisa satisfactoria apareció en su rostro
-eres un maldito estúpido Geun Suk- regunfuñé- qué más quieres de mí?
-voy a hundirte hasta que te retuerzas como el gusano que eres
Sonreí burlona para luego soltar una carcajada
-cuando vas a entender, idiota Suk?-seguí riendo- la cárcel no me asusta, es más, no podías haberme mandado a un mejor lugar
-no quieres aceptar que estás muriendo aquí dentro... ¿Pero, qué me dices de Lee Min Ho? Al parecer él está bien sin ti, ¿viste lo rápido que te olvidó? Ya hasta va a casarse- sonrió victorioso
Pude escuchar el crujido de mis dientes al escuchar aquellas palabras, mi sangre ardía y mi mirada cambió a fría y amenazadora
-¿crees que eso me importa?- traté disimular que me había dolido hasta el alma- él es solo mercancía, me da igual lo que haga con su vida
-vaya, ni tú te la crees, eres tan estúpida que cualquier hombre se aprovecharía de ti, yo aproveché eso... Una chica tan dura, solo necesitaba un poco de "amor"- enfatizó con sus dedos- para que cayera, y así pasó, torpe chica, tan ingenua, ¿crees que alguien se enamoraría realmente de ti? Nadie sería tan idiota para fijarse en una chica como tú... Las personas como tú no deberían existir en este mundo, aquí solo hay lugar para personas triunfadoras como yo- esbozó una sonrisa de lado
-sí, en este mundo solo existen personas como tú, que se creen triunfadoras, pero no han llegado por sí solas hasta ese lugar, eso es lo que te da envidia de mí- tin tin tin, había dado en el blanco y justo donde le dolía, su tonta sonrisa se borró de su rostro y sus ojos se miraban amenazantes- yo lo que tengo es porque me he esforzado para tenerlo y tú porque has tenido que lamerle los zapatos a las personas, que tristeza me das, pobre inútil
Me tomó por el cuello de la blusa y me atrajo hacia él con fuerza, sentía ahogarme, un policía lo tomo de los brazos
-¿lo ves?, el que ríe a lo último ríe mejor- Sonreí victoriosa mientras el policía lo jalaba para la salida
-hey tú chica- se escuchó una fémina voz detrás de mí- así que quieres pelear eh?- dijo incorporándose y caminando hacia mí
-no quiero problemas- respondí indiferente
Me empujó hacía las rejas, rodé mis ojos y suspiré
-mira "rata de alcantarilla", te dije que no quiero problemas, así que deja de molestar- fruncí el seño, me dirigí a la litera para ignorarla
Me tomó del brazo y pegó mi cabeza contra el fierro de la litera mientras doblaba mi brazo hacia atrás
-¿a quién llamas "rata de alcantarilla"?- su voz era ronca y se podía sentir su respiración agitada
A como pude me escapé de su agarre, tomé su cabeza y la estrellé contra el piso abriéndole la frente
-dije que no quería problemas- refunfuñé
Después de eso tuvieron que ponerme en las celdas de aislamiento por haber provocado problemas. Pensaba que las celdas normales eran lo peor, pero estaba equivocada, apestaba a desechos, suciedad por todas partes, ¿la comida? Parecieran como si hubieran vomitado en ella, seguramente era el lugar mas terrible en el que había estado. La soledad me acompañaba cada día en esa estúpida celda, solo podía oír el eco de mis pensamientos, al parecer empezaría a enloquecer allí dentro. Semanas más tarde me sacaron de ese encierro, para mí, había sido una eternidad, ya que no podía diferenciar el día de la noche, mi compañera de celda traía una cicatriz en la frente y me miraba molesta, se acercó a mí lentamente hasta tenerla cara a cara
-eres una chica ruda, nadie se había enfrentado a mí... Tienes nuestro respeto ahora- palmeó mi hombro- veo que ya conociste la celda de aislamiento, es una de las peores cosas de la vida, preferiría que me abrieras otra vez la cabeza a ir a esa porquería de lugar- bromeó un poco
-eso no lo negaré, no quiero volver a esa pesadilla de lugar- hice un gesto de disgusto y me senté en la cama
Puesto que estaba en la celda de aislamiento no me permitían recibir visitas, días después de salir de ese hoyo se apareció ese chico, sé que no debí haber aceptado su visita pero lo extrañaba tanto, aunque por fuera mostraba completo desinterés, tenía unas ganas tremendas de correr a abrazarlo
-¿a qué has venido? Van a sospechar si vienes seguido, no quiero involucrarte en mis problemas
-tenía que verte y hablar contigo... Krystal ya te dijo de la boda, ¿no es así?-suspiró pesado
-ojalá pudiera ir pero pues ahora estoy en este lugar, pero les daré un grandioso obsequio- Sonreí con sarcasmo
-¿quieres saber la razón?-posó sus manos sobre la mesa y suspiró hondo- quizás no me creas, pero lo estoy haciendo por ti, quiero sacarte de este lugar, verte tener una vida normal
Lo miré, solté una carcajada y me apoyé en la mesa con mis codos, colocando mi mentón sobre mis manos
-me da igual la razón, no me importa tu vida o lo que hagas... Es más, me alegra que vayas a casarte
-mientes- exclamó molesto- si no estuvieras aquí, fuera contigo con quien me estuviera casando... Yo... Te amo- dijo cabizbajo en un tono casi inaudible
Al escuchar eso, yo sentí mi corazón latir como nunca, estaba feliz de escuchar esas palabras salir de su boca, quería llorar y gritar que también lo amaba y que me dolía que él fuera a casarse, aunque sabía que no amaba a esa chica, pero no podía dejarlo sufrir junto a mí, necesitaba alejarlo sin importar si lo lastimaba, quizás sonaba egoísta, pero solo quería protegerlo.
-pero yo no te amo a ti... ¿Crees que conociendo a varios chicos, iba a quedarme contigo? No me hagas reír... Esa noche, sólo te usé para satisfacer mis deseos, es lo que hago con todos los chicos. Por lo tanto mentí diciendo que te quería- me encogí de hombros mirándolo con seriedad
-sigues mintiendo- refunfuñó- sé que también me amas
- ¿y que gano diciendo que te amo? Vas a casarte, debes de olvidarte de mí y vivir feliz- mi voz empezaba a quebrantarse, no quería verme débil y que aquella mentira se derrumbara por causa de mi llanto, me levanté, hice una reverencia- no quiero verte más
Se levantó y me tomó del brazo aferrándose a mí
-¿es lo que quieres?- preguntó
Volteé a verlo, sus ojos tornaban  color rosa y se volvían cristalinos.
-sí
Me soltó mientras me miraba fijamente, parpadeó varias veces para impedir que sus lágrimas salieran, me volteé y entré lo mas rápido que me fue posible a la celda, me senté en el piso, y lloré como nunca.
Hoy, después de tanto tiempo, veo otra vez la luz del día, en libertad...

Espero que le guste este cap, lamento tardar siempre tanto en subir los capítulos. No olviden votar y muchas gracias por leer 😊

Secuestradora de OppasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora