El día está nublado y una fresca brisa cae sobre la ciudad, el viento es suave y trae consigo el aroma que emana del jardín que tiempo atrás ambos cuidamos.
Recuerdo la forma en que cuidaba de aquellas flores en especial de las rosas rojas que sabía eran mis favoritas. Todas las mañanas escogía la rosa más hermosa y la llevaba a nuestra habitación para darme la al despertar. Extraño aquella sonrisa que me brindaba al llegar a casa tras un largo día de trabajo.
Extraño acurrucarme en sus brazos y saberme protegida, poder descansar sobre su pecho durante las noches. Sus brazos rodeando mi cintura era una sensación maravillosa, sentir sus besos, sus caricias...
Pero ahora, ahora estamos separados, la muerte cumplió su amenaza, aquella que hace 10 años nos hizo, aquella que tardó 5 años en cumplir.
Cáncer... fue lo que nos separó, tratamos por todos los medios pero nada pudimos hacer. El cáncer ganó la batalla y ahora estoy sin él, sin él hombre del que me enamoré, de mi novio de toda la vida.Recuerdo aquella vez cuando lo conocí, él tenía 29 años y yo 24, aquella tarde era igual a está, día lluvioso, personas corriendo por las calles en busca de dónde poder refugiarse.
Salía del Royal Brompton, tras terminar mi turno en el hospital, al igual que los demás corría por la calle o bueno eso intentaba ya que con tacones y el agua me resultaba un tanto difícil; fue entonces cuando choqué con un apuesto joven de ojos de un azul profundo, era sumamente alto puesto que yo apenas le llegaba al hombro y eso con tacones de lo contrario si que era una enana, tenía muy buenos reflejos y evitó que cayera al piso tras el choque.Discúlpame iba tan distraído que no me di cuenta.- dijo soltando uno poco su agarre al notar que ya no era necesario sujetar me.- te encuentras bien?
Si, descuida no pasó nada, a decir verdad también fue mi culpa, estaba tan concentrada llendo a prisa que....
De acuerdo fue culpa de ambos.- una sonrisa se dibujo en sus labios.- la lluvia no cesa así que.... Qué dices si mientras te invito un café? Es lo menos que puedo hacer después de casi enviarte al suelo.
No necesitaba pensarlo mucho, vivía sola así que no había problema si tardaba en llegar a casa, además de que disfrutaría de esa deliciosa droga llamada café, el café siempre fue mi adicción. Entramos a la pequeña cafetería The Pie Hole, aquel lugar que se volvió nuestro favorito, fue ahí dónde nuestro romance comenzó, dónde compartimos hermosos momentos. Salíamos por algún tiempo, nos hicimos novios y cuando el momento llegó nos unimos en matrimonio, nuestro final feliz, nuestro cuento de hadas que duró 45 años.
45 años de tristezas y alegrías, de triunfos y fracasos, de risas y llanto. Años maravillosos en los que formamos una familia, vimos crecer a nuestros hijos y a nuestros nietos.Oh mi amado Richard quisiera poder decirte cuanto te amo...