Cuando sus padres fallecieron, la vida de Harry se volvió un verdadero infierno.
Harry todavía tenía la vieja hoja del periódico, doblada en muchas partes y oculta en una agenda. En la hoja se veían dos fotografías, una de un coche destruido y la otra de un bebé llorando. El artículo narraba el trágico acontecimiento: el carro de los Potter, por la imprudencia de un camionero, había quedado estampado contra un bar con luces neón.
El único sobreviviente fue el más joven de ellos, Harry James Potter, quien por suerte había estado bien sujeto a la silla de bebé. Lily Potter se había asegurado de eso.
Lo único que Harry recordaba era una intensa luz verde y un fuerte dolor de cabeza.El accidente le quitó a sus padres y le dejó una peculiar cicatriz en forma de rayo. Un recordatorio de lo que perdió ese día, de lo que no pudo tener y de lo horrible e impredecible que era la vida.
Sus tíos - la hermana de su mamá y su esposo - se hicieron cargo de él. Harry no estaba seguro de cómo había terminado en casa de los Dursley, pues sus tíos lo odiaban, pero sabía que un viejo conocido había logrado convencer a su tía.
A veces, Harry deseaba que no lo hubiera hecho.
Después de años, el azabache se dio cuenta de que lo que vivió con los Dursley había rayado lo inhumano.
En el mejor de los casos... No. No había un "mejor de los casos".
Harry creció con miedo a comer de más, pedir ayuda, hacer ruido, reprobar, romper cualquier regla de la casa... Sin embargo, nunca le faltó comida ni techo, así que tal vez ese sí era el mejor de los casos.
Todo esto, más el acoso escolar y el recuerdo de sus padres, tuvo un fuerte impacto en el desarrollo y crecimiento de Harry.
El azabache no sabía quién se había alegrado más, él o sus tíos, cuando Sirius Black y su mejor amigo, Remus Lupin, se presentaron ante el número 4 de Privet Drive con la intención de acogerlo y hacerse cargo de él.
Claro que sus tíos accedieron inmediatamente, y Harry corrió a hacer su maleta, apurándose por temor a que su padrino fuera a cambiar de parecer.
Harry había mejorado desde que se mudó a la pequeña casa que Sirius y Lupin compartían.
Remus y Sirius eran personas cariñosas y divertidas, que adoraban contarle las muchas cosas que habían hecho con sus padres. Ellos fueron los primeros en contarle quiénes verdaderamente habían sido Lily y James Potter, y Harry estaba agradecido por eso.
En un par de días, Harry ya no podía imaginarse viviendo en otro lugar o con otras personas.
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-¡Harry! -gritó Remus -Si no te apuras, vas a llegar tarde.
El azabache gruñó y abrazó su almohada. Odiaba las mañanas, pero no quería molestar a Lupin, así que se levantó a regañadientes de la cama.
Se dio una ducha rápida, se puso un pantalón negro y una playera roja, y acomodó su cabello lo mejor que pudo.
Eh... Sin importar cuánto más tardara, no lograría verse mejor.
-Buenos días, Lupin -dijo al entrar a la cocina -hola, Sirius.
-¿Listo para tú primer día de clases? -preguntó Lupin, entusiasmado como siempre.
-Supongo, -contestó -no es que tenga mucha alternativa, ¿o sí?
-Vamos, -intentó darle ánimo su padrino -no dejes que los nervios arruinen tu oportunidad de tener un gran primer día, cachorrito.
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Miradas ruidosas, sonrisas silenciosas
Fanfiction[Drarry] Otra vez es un chico nuevo, en una escuela nueva, rodeado de gente desconocida. Harry es un chico que se siente solo y perdido. Su vida solía parecerle un infierno, pero ahora es simplemente una hoja en blanco. El azabache no sabe qué se su...