La Bailarina y El Pianista

La Bailarina y El Pianista Cap. I

Mí nombre es Emma, vivo en el campo desde que Dios me trajo al mundo. Viví junto a mis padres y mí abuela alimentando a los animales, sembrando maíz y haciendo fiestas de rancho con nuestros vecinos más cercanos, hasta que a la edad de 8 años mis padres mueren en un accidente de tránsito debido a que el conductor del auto que los chocó iba manejando alcoholizado. No tenía a nadie, solo quedaba mí abuela Ana. Ella me crío, alimento y educó como una señorita, me enseñó los valores, a ser solidaria con los demás y sobre todo a aceptarme como soy y a hacerme valer por mí misma. Un día, como aún anhelaba a mis padres, mí abue me enseñó a bailar ballet, yo no sabía lo que era ese tipo de baile, pero lo que si sabía era que cuando nos poníamos a bailar las dos juntas todas mis tristezas se desvanecían y el tiempo pasaba muy rápido.

Por supuesto que terminé mí primaria y secundaria en una escuela de campo.

Ya cuando cumplí 19 como toda persona normal tenía que ir a la universidad, yo preferia estar alimentando vacas, pero mí abuela me obligó a anotarme en un concurso de ballet en el que tenía la oportunidad de ganar una beca en una universidad muy famosa a la que yo algunas veces soñaba con ir, pero que estaba en una ciudad desconocida para mí porque nunca me llevaron allí y me daba terror conocerla.

Finalmente mí abuela terminó haciendo de las suyas y me llevó a la ciudad.

-Abu que es éste lugar? -miraba por la ventana sorprendida-
-Esta es la ciudad de Seúl -me dice sonriendo emocionada-
-Oh que emoción!! -sonando sarcástica-
- Vamos, levanta ese ánimo!! Pronto te va a gustar esta ciudad y vas a hacer nuevos amigos
- Tú crees?
- Si, mira ya llegamos -señala el lugar en el que voy a concursar-
- Wow!! Es muy grande este lugar

Cuando bajamos de la camioneta entramos directo al salón, estaba lleno de concursantes tanto hombres como mujeres. La mayoría cuando me vió me miraba raro pero no le di importancia, me cambié para ya estar lista era la número 58, sólo tenía que esperar mí turno.

- Mira esa chica, parece que viniera de un rabaño de ovejas, no creo que tenga talento -dice una a lo lejos-
- Viste como se viste? -dice otra pero no les di importancia ya que recuerdo lo que mí abuela dice-

"Confía en ti misma, que no te afecte lo que digan los demás sobre ti."

Desde un aparato se veía cómo bailaban las otras concursantes y realmente estar bailando ahí sola y que el jurado te esté mirando tan seriamente daba miedo.

- Número 58!! Preséntese en el escenario -dice un parlante que estaba en la sala de espera-

Me levanté, cerré los ojos, respiré ondo y avance hacia el escenario con toda mí actitud.

- Suerte!! -gritó mí abu desde lejos-

Esto era todo un desafío, porque ellos elegían las música y había que improvisar. Me posicione y cuando inicio la música bailé dejándome llevar por el ritmo y en un momento hice un "delirium requiem" que me salió a la perfección, e hice que las chicas que tanto me criticaban quedaran con la boca abierta.

Cuando terminé saludé con cortesía al jurado y salí del escenario pensando para mis adentros de que había hecho lo mejor.