Él

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Él era dulce y amargo, la combinación perfecta para mi carácter árido e impenetrable.
Él tenía algo especial, algo que me hacía temblar cuando le miraba.

Sus ojos café encajaban perfectamente con sus labios carnosos y su oscura tez.

Su sonrisa era capaz de provocar huracanes y desatar tormentas que nunca llegarías a imaginar.

Sus gemidos ahogados en susurros eran lo más bonito que había escuchado en aquellos días.

Él era imperfecto, pero todas esas imperfecciones formaban algo precioso: él. Y si no es él, que no sea nadie.

Delirios de una joven promesaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora