[Oneshot]

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Los dulces rayos de sol iluminaban la estancia, llenándola por completo de una agradable calidez. La suave brisa balanceaba las cortinas de aquella habitación con la delicadeza de las caricias de una madre. El aire estaba impregnado de ese olor a aceite de linaza. Y allí estaba yo, contemplando por primera vez como tu colorida figura aparecía ante mí.

Sonreí al fin, depositando el sucio pincel en el lavabo. Estaba completamente orgullosa de aquel trabajo en el que había invertido tantas horas. Giré mi cuerpo para volver a verte, pues no podía creerme que estuvieras allí mirándome. Di un par de pasos en tu dirección para poder fijar mi vista en esos detalles que había creado para ti. Tu piel era fina, difuminada, sin apenas rastros de mis cuidadas pinceladas. Tuve que resistir la tentación de tocarte, ya que eso solo conseguiría estropear mi obra.

Tus ojos eran profundos, y el color de tus labios era el más intenso que había conseguido en mis óleos alguna vez. Me sorprendí a mí misma a centímetros de tu delicada tez. Llevé las manos a mi rostro caldeado, sabiendo de sobra que estaba roja como un tomate. Sacudí la cabeza, y salí casi a la carrera de la habitación. El sonido de los tacones golpear el parqué resonó y se mantuvo en el ambiente durante unos segundos después de que yo me hubiera ido.

Durante los siguientes días, no pude evitar pararme a observar ese lindo rostro tuyo cada vez que pasaba por el pasillo de la casa. Tú me devolvías gentilmente la mirada.

—Buenas noches, Moonbyul —Decidí que aquel nombre era perfecto para ti, así que no vi problema en llamarte de ese modo.

Ya apenas podía acostarme sin darte las buenas noches, o levantarme sin desearte una buena mañana. ¿Por qué había comenzado a tratarte como un ser viviente? ¿Por qué fingía que me respondías, que escuchabas mis palabras? No encontré respuestas a eso, pero tampoco había razones para dejar de hacerlo.

Los días seguían pasando, y ya solo había una cosa que no cesaba de aparecer por mi mente. Reí, paseando uno de mis mechones de pelo por detrás de mi oreja, sorprendida por encontrarme con tus labios de nuevo en mi pensamiento. ¿Cómo había conseguido crear algo tan perfecto como tú?

—¡Solar! ¡Te estoy hablando! ¿Me escuchas? —Pestañeé, volviendo al mundo real al escuchar mi nombre, encontrándome de bruces con la mano de mi amiga Wheein.

—Eh... Sí, claro. ¿Qué decías de...? —Hice una búsqueda exhaustiva por saber las últimas palabras pronunciadas, pero no había más que una gran laguna mental.

—¿En qué pensabas? —El codo de Hwasa golpeó ligeramente mi costado—. ¿Algún chico se paseaba por esa cabecita tuya?

—¿Eh? —Exclamé—. ¡No, no! —Reí, pues no estaba mintiendo, no eras ningún hombre.

¿Era posible obsesionarse con algo hasta ese punto? ¿Estaba enferma? Llegué a preguntarme todo eso y más, mientras acariciaba el lienzo en el que te encontrabas. Paseé la punta de mi lengua, deseosa de saciar al fin mis alocados deseos.

Dejándome influenciar por la atmósfera nos miramos la una a la otra. Incluso el silencio es complicado. Y puede que haya cruzado la línea, cuando nuestros labios se unen en un beso.

❅ ❅ ❅

Aún recuerdo esa forma tuya de morderte los labios cada vez que te esforzabas trazando una línea. Ese esmero que ponías en cada trazo de mi ser. Aún recuerdo el primer día en el que me miraste a los ojos y sonreíste. Hubiese querido responderte de vuelta, pero yo solo era un producto de tu pasión. Recuerdo cada día como si fuese ayer. A veces me planteabas preguntas, y aunque no me era posible responderte, siempre te escuchaba.

—Buenas noches, Moonbyul —tus ojos brillaban con fuerza al pronunciar mi nombre.

Y recuerdo ese día. Cuando sentí el tacto de tu piel acariciar mi superficie. Y tus ojos se cerraron con ternura al tiempo que tus labios rozaron los míos. Mi piel se estremeció por completo. Había deseado ese momento desde mi primera línea. El momento en el que realmente me darías una razón para vivir.

Mis pulmones se llenaban de aire al sentirte. Los rayos de sol caldeaban mi piel. La suave brisa ondeó mi pelo plateado. Y pude oler tu esencia. Mi corazón ahora latía con fuerza.

Vivía.

Galatea. [Moonsun, oneshot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora